Agonía
Capítulo 4 ''Conexión''
Verónica no paraba de releer la nota, ''Todo está a punto de cambiar'', algunas veces le cansaba tanta intriga, pero ya se había acostumbrado a la idea de que si quería saber algo tendría que esperar a la próxima carta.
Verónica se recostó en la cama, echó las sabanas al final de la cama, no tenía frío, se encontraba genial, intentó cerrar los ojos pero al cerrarlos notó como una opresión en el pecho, no podía respirar, intento cerrar los ojos nuevamente deseando que todo pasara, cerró los ojos con tanta fuerza que un destello la cegó por completo, al abrirlos estaba tumbada en la orilla, a lo lejos vio a una figura intentando aferrarse a un tronco, pero no pudo, Verónica notó como si algo la impulsara a ir en su busca, se zambulló en el agua y nado hasta a alcanzar a un hombre, parecía mayor unos ochenta y tantos, su respiración era débil, también vio como el agua arrastraba lo que parecía ser una embarcación ligera, lo agarró de la mano y tiró de el hacia la orilla, una vez allí lo soltó cuidadosamente mientras jadeaba sin parar escupiendo agua por la boca, cuando notó que esta mejor, se reincorporó y fue a examinar al anciano que le señalaba el bolsillo, sacó de el una caja cerrada con bisagras las cuáles estaban casi rotas por la fuerza del agua, abrió la caja y encontró un reloj con una cadena, al lado una carta la abrió y leyó ''El cambio también es conocido como conexión, lo que acaba de ocurrir es algo con lo que te encontrarás cada vez que pase algo parecido, siempre tendrás los mismo síntomas que la persona que esté cerca de la muerte, en este caso, este anciano estaba ahogándose, tu has llegado a el sin aire, sin respiración, ahogada, como si hubieses tragado agua, si lees esto es que has encontrado el reloj, no es un reloj convencional, marca el tiempo que te queda aquí hasta que empieces a debilitarte, el tiempo aquí es más valioso que en la realidad, actúa decidida y sin miedo, pues cada segundo cuenta, si te excedes de el tiempo necesario, empezarás a notar como formas parte del mundo que ahora mismo te rodea, hay gente que no acepta la muerte, en ocasiones podrás hablar con ellos, reconducirlos e incluso juzgarlos, ahora haz exactamente lo que yo te diga en estas líneas, aproxímate al cuerpo, ponte de rodillas, coloca tu mano en su frente, y la otra mano en el corazón, el signo de su muerte es el agua, empezarás a notar como lo que tiene el pasa a ti, no te asustes, empezarás a sangrar, eso es producto de su agonía, la estás absorbiendo, eso es lo que debilita, el tiempo empieza a correr en tu contra, empezarás a encontrarte mal, respira hondo, pronto pasará, deja el cuerpo y vuelve, Verónica se separó del cuerpo y retrocedió hacia atrás de repente notó un destello y cerró los ojos con fuerza, al abrirlos estaba en su cama y el reloj marcaba la misma hora de antes, debajo de su almohada había una carta, ya acostumbrada rompe el sobre y empieza a leer, se había convertido en un adicta a las instrucciones ''Quiero que sepas que has estado muy bien, cuando el tiempo se acaba todo acaba, antes te dije que habría consecuencias si te pasabas del tiempo establecido allí, lo has hecho sin apenas perder tiempo, pero para que te asegures de que no se permiten titubeos algo pasará en breve, es la mejor forma de aprender de los errores, por pequeños que sean, porque un día los pequeños errores allí pueden ser vitales''.
Verónica cerró el papel y se acostó, no paraba de dar vueltas, quería saber que pasaría, de repente en medio del silencio sonó el teléfono, una voz apagada y fácilmente reconocible estaba al otro lado, era Eric, ¿Eric?, como sabía que Verónica no había muerto, Verónica pensó en lo que decía la carta respecto a Eric, su madre había muerto, Verónica se quedó paralizada y abrió la carta y leyó de nuevo ''para que te asegures de que no se permiten titubeos algo pasará en breve, es la mejor forma de aprender de los errores, por pequeños que sean, porque un día los pequeños errores allí pueden ser vitales''.
Verónica tranquilizó a Eric y se vistió velozmente, dentro de su cabeza no paraba de repetirse que era su culpa, al llegar a la casa de Eric encontró la puerta casi encajada y a un Eric destrozado sosteniendo una taza de café y dejando escapar interminables lágrimas, Verónica se sentó a su lado y lo abrazó enérgicamente, mientras una y otra vez se repetía el mismo mensaje ''para que te asegures de que no se permiten titubeos algo pasará en breve, es la mejor forma de aprender de los errores, por pequeños que sean, porque un día los pequeños errores allí pueden ser vitales''.