Agonía
Capítulo 2 ''Al empezar todo es nuevo, y al acabar todo se torna a negro''
Verónica no paraba de pensar en la pista que le había dado su madre, podía significar tantas cosas, ¿tendría que ver con algo que ella podría desarrollar?, y si su madre la hubiera estado mintiendo desde siempre y desde pequeña solo se hubiese preparado para todo, y si no fue casualidad que todo fuera previsiblemente mal, miles de ideas empezaron a brotar en la mente de Verónica, que estaba tan absorta en su mente que no se dio cuenta de que intentaba meter el cuello por una manga, se puso el jersey y se dirigió al cajón de nuevo, cogió la nota y empezó a releer la pista, empezó a releer el mensaje de atrás hacia adelante, observando cuidadosamente podría tener algo oculto, no paraba de conjugar verbos, ¿y si el significado se hallaba en cada palabra?, de repente sonó el timbre y Verónica se vio obligada a salir una vez más de su mente y abrir la puerta, el primero en llegar había sido Eric, al que recibió con un caluroso abrazo, Eric la notó preocupada, nerviosa y a la vez inquieta, llevaba mucho tiempo conociéndola y sabía que algo podía cruzar su mente en cualquier instante.
Eric era en todos los sentidos, el amigo que toda persona querría tener, un muchacho común, pero no compartía el mismo pasado que Verónica, había crecido en un núcleo resistente y seguro, pero compartía una virtud con Verónica, desde siempre había conocido el peligro, Verónica le sirvió una taza de café a la vez que se sentaba y abría la nota bajo la atenta mirada de Eric, Eric se sentó a su lado y sintió el aroma de su colonia, le recordaba a algo natal, un olor que ya había identificado antes, no pudo resistirse a observar lo que colgaba del cuello de Verónica, preguntó qué que era, Verónica se tocaba la triqueta mientras se la describía a Eric, pero esta ya agobiada por el misterio y la incertidumbre no dudó en compartir con Eric la nota, ya que partía con la ventaja de que Eric conocía la historia al completo al dedillo y no tendría que detenerse a explicarle nada, Verónica le tendió el papel mientras miraba que el leía detenidamente, la miró con una mueca de interrogación, Verónica cogió el papel a la vez que miraba el reloj, era muy tarde para que Alejandra se retrasara tanto, cogió del bolso el móvil y marcó el teléfono de Alejandra, mientras escuchaba un sinfín de tonos no paraba de acariciar la triqueta, saltó el contestador y Verónica colgó la llamada, depositó el teléfono en la mesa y fue a la cocina a preparar otra remesa de café, pero algo le impidió moverse, se encontraba estática, notó como si su humor cambiara de la pesadez de estar estática, no podía moverse, quería intentarlo, pero por cada intento notaba como si mil calambres le recorrieran todo el cuerpo, Eric se levantó alarmado y miró a Verónica, intentó ayudarla, pero algo empujó de el hacia atrás estrellándole contra la mesa y dejándolo inconsciente, Verónica miraba atónita como Eric caía al suelo fulminado por el golpe, Verónica sentía que iba a gritar de dolor, sentía como si todo se apagase, como si todo hubiera terminado para ella, de repente pensó ''Al empezar todo es nuevo, y al acabar todo se torna a negro'', ¿sería esto parte de la pista que le dio su madre en la carta?, de repente notó como si sus fuerzas regresaran a su cuerpo, podía moverse, pero un dolor de cabeza le hizo cerrar los ojos, no había terminado, acababa de empezar, se agarró contra el pomo de la puerta mientras asistía a los que serían seguramente sus últimos segundos de vida, al abrir los ojos una vez más notó como algo la cogiera por dentro y la estrujara, notando las pulsaciones de su corazón más acentuadas y claras, al instante hubo un silencio aterrador y cayó al suelo, con los ojos abiertos y la boca cerrada, ¿había muerto?, Eric se recuperó del golpe y vio a Verónica inconsciente en el suelo, se dirigió a ella, aun conmocionado por el golpe y le tomó el pulso, pero una sensación de tristeza se dibujaba en su rostro, no respiraba, su piel palidecía por momentos y sus labios adquirían un color violáceo, no podía creerlo, ¿ qué pasó?, no paraba de preguntarse lo mismo, Verónica no tenía pulso, no respiraba y estaba palideciendo aún más rápido a medida que adquiría una frialdad cadavérica, todo parecía indicar que Verónica, quién había permanecido atenta a todo y alerta ante cualquier acontecimiento, no había podido predecir que su madre, las advertencias y la pista, hablaban de su muerte, de su final.