Capítulo 1 | Memorias A Su Nombre

517 32 8
                                    

Ha pasado un mes desde que el video se viralizó por todos los medios hasta llegar a la policía que se ha dedicado horas buscando respuestas ante lo que presenciaron. A veces trato de informarme un poco entre los periódicos si están decididos en aceptar que hay gente extraordinaria entre nosotros, pero por lo mientras los periodistas deciden comentar el hecho como una "falsedad" para que la comunidad no especule ciertos rumores. Me parece una tontería, pero yo sé la verdad junto con Joseph y la señora Price.

A pesar de ello, seguimos aún devastados por la pérdida de nuestros seres queridos. Sé que con Kevin no compartí demasiado tiempo para considerarlo así, pero sé que estaba cerca de tenerlo conmigo en la luz. Joseph Dunn, en las primeras semanas de lo sucedido, no pudo presentarse en la escuela y lamentablemente rompió lazos con sus amigos. Traté de orientarlo para que volviera, pero su carácter se volvió igual al de su padre, en alguien frío y serio, que mantiene su ira dentro de sí y decide apartarse de todos. A veces me recuerda a mí cuando sufría, así que trato de ayudarlo cuando apenas puedo verlo en la escuela.

Últimamente, durante mis horas libres o los fines de semana, me he dedicado más a estar con mis hermanos y ayudarlos en aprender otras cosas o suelo pasar los domingos a beber un café con la señora Price en su casa, donde solemos charlar un poco sobre nuestras vidas o recuerdos de su hijo.

—¡Casey! —Gritó Leía, mi hermanita—. Vamos a comer, ya todos están en la mesa.

—En seguida voy—Respondí.

He de admitir que estar en una casa llena de tantos niños y adolescentes me ha causado cierto fastidio al no poder tener mi privacidad, pero, por otro lado, no me disgusta para nada compartir con alguien mis momentos y divertirme con mis hermanos en nuestros juegos de mesa o en nuestras salidas. Finalmente tengo la oportunidad de decir que tengo una verdadera familia que me ha acogido en su humilde hogar y me entregó la oportunidad de seguir con mis estudios. Los señores Green, aunque debería llamarlos "mamá y papá", me han tratado bien desde las primeras semanas de prueba con ellos. No me obligan a llamarlos padres, simplemente puedo decirles por su nombre sin problema y eso me agrada, porque logran tener paciencia conmigo. No obstante, sus hijos biológicos —Cole de 19 años y Isabella de 15— no me han tratado tan bien como podría decir, pero hacen lo posible para que conviva pacíficamente ante todo lo que he pasado.

Me levanto de mi cama con un poco de pereza y, rápidamente, la acomodo antes de acudir al comedor. Mi habitación es grande ya que la comparto con Isabella, quien al principio no le agradó la idea de compartir su habitación, pero sus padres, con toda la calma posible, hicieron que aceptara compartir cuarto con su nueva hermana.

Antes de retirarme del cuarto, reviso mi celular por un momento antes de ir abajo. Al hacerlo, me percato de algunos mensajes por parte de la señora Price que me ha enviado hace cinco minutos.

¿Podemos tomar un té en la cafetería que está en la plaza? Cerca del parque

Estaré ahí a las dos de la tarde, tengo mucho que contarte.

Veo la hora que marcan apenas las diez con treinta y seis minutos de la mañana, aún tenía tiempo para arreglarme y terminar con las labores que se me asignan en la casa. Contesto a su petición aceptando sin problema su propuesta para después dejar el celular en la cama y bajar al comedor a desayunar.

Al acudir a la cocina, observo a la mayoría de mis hermanos platicado en la mesa mientras gritan y los menores tratan de jugar con la comida. Cuando me quedo plantada desde la entrada apreciando lo que hacen, apenas noto como Ava, la señora Green, se acerca a mí sonriéndome mientras me tiende ante sus manos un vaso con jugo de naranja.

Cartas Para Kevin Crumb | PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora