Tras la derrota de Ragyo y la desaparición de la Bio-fibra de la Tierra, todo lo que quedó tras el desastre fue una escuela y una ciudad en ruinas.
Evidentemente no había nada allí para ninguno de ellos, inclusive si para algunos aquel lugar había sido su hogar durante tanto tiempo.
Un nuevo comienzo, una nueva vida, nuevos caminos, es lo que aguardaba a cada uno de esos chicos (y los pocos adultos) que se vieron involucrados en tan enorme y anónima batalla.
Nadie de hecho dudó un sólo momento en subir a los ferri y avanzar hacia su nuevo incierto destino.
Satsuki no tenía intenciones de reabrir la Academia Honnouji pues ésta no había sido más que necesaria para todos sus planes, así como tampoco quería que Honnu City albergara en tales condiciones a nadie más.
Ella y sus cuatro Élite habían vivido allí también por bastante tiempo, pasando gran parte de este dentro de los muros de la Academia y la sala del Consejo Estudiantil... ¿Cuántos recuerdos se quedarían enterrados entre los escombros? Para ella al menos, ninguno, pues todos ellos, buenos y malos estaban bien grabados en su memoria y en su corazón y eran parte de quien era y la habían forjado con fuerza para comenzar a ser quien deseaba a partir de ahora... y estaba segura que los Cuatro se sentían igual; después de todo ellos nunca fueron sus peones, eran sus compañeros, sus queridos camaradas.El barco avanzaba y los cabellos negros se los llevó el viento ante el asombro de sus amigos. Pero ella sonreía, por lo que ellos lo tomaron como una buena señal.
Con un tanto de nostalgia Nonon se acercó a Satsuki, que la recibió con una sonrisa.
Un tanto dudosa tomó su mano, a lo que la pelinegra acertó afirmando su seguridad al estrecharla con la suya.
La pequeña se sonrojó mirándola sorprendida, ¿Era real todo eso? ¿Realmente al fin eran libres de esa carga tan pesada? Se sentía demasiado feliz por saber que su amada amiga por fin tendría la vida tranquila por la que tanto luchó y sacrificó, y estaba aún más feliz de saber que tenía al menos una minúscula posibilidad de compartir toda esa dicha con ella. Lo sentía así en su pecho...— ¿Qué es lo que harás ahora, Satsuki-chan?
No la miró en seguida, su vista estaba aún perdida en el paisaje de aquel atardecer. El resto de los Devas escucharon la cuestionante, y ciertamente estaban curiosos, por lo que todos viraron hacia ella con expectación. Sin devolverles la mirada usó un tono más sereno que de costumbre, pero sin perder su implacable firmeza y determinación.
— Lo cierto es que ésto no ha acabado del todo, al menos para mí. Debo encargarme de reparar todos los daños que Revocs le ha causado no sólo a éste país, y asegurarme que no haya quedado rastro alguno de la Bio-fibra de combate que pudiese desarrollarse nunca más... — Ella los miró con una sonrisa nunca vista por ellos. Parecía compasiva, protectora. — Pero eso es algo de lo que sólo yo tengo que ocuparme, para ustedes todo termina una vez el barco toque puerto...— Pero, Satsuki-sama, ¡Prometimos ser leales a usted hasta el final del camino!
— Lo sé, Gamagori. Pero para ustedes éste es el final del camino; una vez que toquemos tierra, yo, Kiryuin Satsuki, los deslindo a ustedes, los Cuatro Devas de sus responsabilidades y lealtad hacia mi y mi causa.
— ¡Eso es imposible! — Exclamó exaltada Jakuzure, sorprendiendo a la mayor. — Incluso si esto ha terminado, ¡Nuestra lealtad hacia ti jamás se esfumará!
— Cierto. — Agregó Sanageyama levantando su espada de bambú sobre sus hombros. — Estés donde estés, hagas lo que hagas, los cuatro Devas siempre serán leales y estarán a disposición de ti, Satsuki-sama, te guste o no, seremos siempre tus fieles perros.
— ¡¿Haah?! Habla por tí mono de montaña. No pienso rebajarme a eso... A partir de ahora, quiero ser un ave que sobrevuele para vigilar tu andar. Satsuki-chan. — Atinó sonriente, sosteniendo la diestra de la mayor con ambas manos por un momento.La chica cerró los ojos sonriendo, y luego miró a sus compañeros, cuyas miradas encendidas afirmaban el sentir de todos ellos, incluso Iori y Soroi. Suspiró, soltándose suavemente del agarre de la pelirrosa, empuñando la funda de su espada la cual estaba vacía; se colocó en su ya conocida pose autoritaria ante la mirada emocionada y sonriente de todos ellos, y declaró:
— ¡Si eso es lo que creen correcto, bien! Mi última orden para ustedes, es que a partir de hoy y hasta que el momento en los necesite de nuevo llegue, todos ustedes tienen la obligación de vivir... De vivir unas buenas vidas y buscar sus propios caminos y su propia felicidad. Vivan, vivan largamente y con fuerza hasta que haya que empuñar nuestras armas de nuevo, ¡¿Está claro!? — Concluyó golpeando su funda contra el piso del barco, un golpe seco y firme que emocionó los corazones de todos ellos, que de inmediato se colocaron en posición de firmes como siempre cuando debían acatar una orden de su señora.
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Kill La Kill Epilogue.
FanfictionDespués de la tormenta, siempre viene la calma pero, ¿es difícil acostumbrarse a esa quietud luego de tanta tempestad? Para un grupo de chicos que vivieron en revuelo tanto tiempo, pudiera ser algo aburrida la vida común y corriente que les esperaba...