Epilogue III. Nuevos comienzos, ¡Esto no es un adiós!

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Aquella mañana se levantó con inusual energía y ánimo.
Después de dos semanas vería a Mako y saldría a divertirse un poco con ella en la ciudad. Si lo pensaba era emocionante pues sabía bien que ninguna de las dos había podido hacer cosas así antes.
¿Era así la vida de una chica normal de instituto? Incluso si sonaba aburrido en comparación de todas las cosas que había pasado, para ella no estaba nada mal.
Se dio una ducha fresca, desayunó mientras veía un extraño dibujo animado, y luego se arregló de manera cómoda y casual.
Jeans, camiseta, zapatillas deportivas, su chaqueta favorita y una pañoleta roja que se había vuelto especial para ella por ningún motivo en particular.
Salió de casa mirando el reloj en su muñeca; aún era temprano y la cita con su amiga era hasta las 11:00, podría caminar sin prisas y disfrutando la brisa fresca que ofrecía esa mañana pese a ser verano.

Cuando llegó al punto de encuentro se percató que de que ella aún no había llegado. Se recargó en la pared suspirando, esperaba que no la hiciera esperar demasiado tiempo.
Al cabo de unos diez minutos revisó nuevamente su reloj, pero antes de lanzar una queja por su retraso, fue embestida por el efusivo abrazo de la castaña, que además de abrazarla y darle vueltas había comenzado a hablar rápidamente diciendo un montón de cosas a la vez que no lograba entender; se notaba a leguas cuan feliz estaba muy feliz de verla, y eso alegraba el corazón de Ryuko.
Sin tiempo de replicar Mako comenzó a empujarla cuesta arriba sobre la empinada calle sobre ellas mientras decía que no tenían tiempo qué perder, ¿Cuál era el apuro? Tenían todo el día después de todo.

No obstante, cuando llegaron a la cima se dieron cuenta de que había una silueta conocida.

Arriba les esperaba Satsuki, con una apariencia que mucho les costaba creer, lucía tan normal, incluso "linda". ¿A dónde se había ido su imponente presencia? Frente a ellas solamente estaba una chica común, una hermana mayor muy normal.
Ambas reaccionaron sorprendidas, y la castaña no perdió oportunidad de capturar el momento y lo bonita que en su opinión se veía con una cámara digital, haciendo ruborizar ligeramente a la chica de pobladas cejas oscuras.

— ¿Qué haces aquí? — Cuestionó con una sonrisa ladina. Sí que la había pillado por sorpresa. Volteó a ver a Mako preguntándose si tenía algo que ver, pero lucía igual de sorprendida que ella. — Pensé que nos veríamos mañana.

— Bueno, yo supe por medio de Mankanshoku que ustedes dos se verían hoy, q-quizá fue un poco imprudente de mi parte venir pero...

— ¡Ah si! Hace unos días llamó para saber qué tal estábamos en casa, y preguntó si había visto recientemente a Ryuko-chan.

—Hoo. Anda ya, vamos. Es bueno verte, hermana.

— ¡Si! Además es más divertido entre más seamos. ¡Una cita triple!— Atinó tomando a cada una de un brazo.

— ¿C-cita?

— Sólo déjala ser. ¿Nos vamos?

Y entonces aquel día se tornó en un remolino de diversión femenina. Entraban ambas jaladas por Mako a cuanta tienda veían, comían cuanto dulce olían, y reían de cosas tontas.
Para las tres se sentía de algún modo irreal, pero era en demasía grato.
Por momentos Ryuko y Satsuki conversaban mientras Mako curioseaba o iba por algún bocadillo. El ambiente entre ellas era cada vez más cómodo y ambas comenzaban a sentirse en plena confianza. Incluso la más grande se había acostumbrado fácilmente al "Satsuki-chan" de Mako, pese a que hasta la fecha la única que la había llamado de ese modo era Nonon.

 Incluso la más grande se había acostumbrado fácilmente al "Satsuki-chan" de Mako, pese a que hasta la fecha la única que la había llamado de ese modo era Nonon

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Kill La Kill Epilogue.Where stories live. Discover now