CULPABLES DE UN MISMO OASIS (PARTE 2)

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- Nos fundíamos en uno cuando discutíamos.
¿Realmente era eso lo que queríamos?
Lo difícil no es revivir, si no mantener aquello que en su día no supimos mantener

- Entonces dime si sientes ahora ese placer, lastimándome, quebrándome cada cicatriz, recordándome cada instante los fallos que cometí. Dime si me quieres y que no superas todo lo que en un tiempo te entregué, que ya no sufres de llanto, que felíz te ves con tus amigas desde que me fuí dejando perdido tu corazón aquella vez, quedándome en soledad pagando por todo.

- Se me quiebra la voz cada vez que pienso en todo lo que me hacías sentir, no puedo negar lo evidente, el daño es existente. No es fácil decir que todo acabó, pero no todo se decidió.

-Si fueses consciente que entre discusiones y palabras maldecidas que soltamos están las ganas que te tengo de nuevo, pero dices que lo digo a voces a cualquiera, no tengo que darte detalles, deja que me acerque y estemos de frente, olvidarme de la noche y el ayer y contigo quedarme eternamente.

- Palabras e insultos giran entre nosotros, las ganas se retienen cuando se meten otros. La luz que se percibe ya no es caliente. Te sentencié culpable cuando empezaste a ser valiente.

- Con el frío que nos deja esa luz, los gritos que soltamos entre nosotros y las heridas que nos arrancamos, imagínate por instantes nuestros cuerpos heridos ardiendo en esa cama donde aún nuestros nombres están grabados entre sábanas blancas, sin pensarlo intentemos de nuevo esta realidad, descomponernos en el calor que nos hará arder.

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