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(mamá... Mamá... )

Aún podía oír las palabras de su madre arrepentida en medio de aquel infierno, su mirada llena de tristeza le destrozaba el alma, ella murió sin saber que a pesar de todo la amaba, en el fondo la amaba aunque no entendía por completo sus sentimientos y su afán de aferrarse al recuerdo de su hermano mayor hasta el final.

Finalmente abrió su único ojo, pero una luz brillante a tal punto de ser cegadora le hizo pronto arrepentirse de haberlo hecho; le tomó algo de tiempo pero por fin sus ojo logró acostumbrarse a la luz de sol, ya no sentía nada de fiebre, su cuerpo dolía todavía pero el hambre y la sed que ahora sentía hacían que el dolor físico fuera casi un juego de niños.
Trató de levantarse, sus fuerzas aún eran pocas debido a la falta de movilidad y alimento, así que pronto terminó por rendirse y quedarse echado en donde estaba, mirando con molestia al techo, casi culpandolo de su desgracia.

«Hermano... » - habló una voz que le resultó familiar.

Su ojo se abrió con sorpresa, volteó el rostro hacia el lado donde aún conservaba un ojo pero no vio a nadie, por un momento creyó haber caído en la locura.

«aquí... » - nuevamente habló la voz, está vez venía de su punto ciego, el lado donde ya no había ojo.

Alzó un poco la cabeza y ladeó el rostro hacia el otro lado, notando que efectivamente había alguien ahí, un poco distante pero lo estaba y por como de veía parecía que estuvo siempre en ese lugar.

«Hyakkimaru... » - pronunció su nombre débilmente, pero era audibles todavía; trató de levantarse una vez más pero ahora no eran sus limitadas fuerzas las que lo detuvieron, una mano posada en su pecho le empujaba suavemente de vuelta a recostarse.

«Estás débil aún... » - los ojos de Hyakkimaru miraban sin demasiadas emociones a su hermano menor, pero estaba feliz de ver que había logrado sobrevivir.

«¿Cuánto tiempo estuve durmiendo?» - preguntó Tahomaru, ya resignado y sin deseos de intentar levantarse una vez más.

«Tres días » - respondió con tranquilidad.

«¿¡Tres días!? ¡Y lo dices como si fuera poca cosa!» - exclamó sobresaltado el menor de los dos.

«Tuviste una fuerte fiebre por las heridas infectadas» - le explicó el mayor, a diferencia de Tahomaru, se mantenía sereno y tranquilo.

«¿Puedo comer algo al menos?» - preguntó con algo de molestia, aunque no molestia por la actitud tan despreocupada de Hyakkimaru, sino por haber sido tan débil como para haberse quedado dormido tres días.

Hyakkimaru estuvo a punto de decir algo cuando de pronto llegó la pequeña Dororo, en sus manos traía algo de comida, al llegar notó que Tahomaru había despertado ya, lo cual la sorprendió al principio pero también le alegraba, al menos se veía sano.

«Aniki... No me dijiste que tu hermano menor había despertado, te dije que me avises inmediatamente» - la niña se acercó a ellos y dejó junto a Tahomaru algo de papilla de arroz y agua, y para Hyakkimaru algo de arroz, pescado y agua.
«cielos, tendré que darte mi comida, seguramente tienes mucha hambre » - la menor dejó escapar una pequeña risita por la situación.

«Puedes comerlo, yo no tengo hambre» - Tahomaru se sintió un poco mal al ver que el "niño" se había visto en la necesidad de obsequiarle la comida que iba a comer.

«¡Ni hablar! Acabas de despertar y la necesitas más que yo » - la niña le dió un pequeño golpecito en el hombro del muchacho y rió.

El chico miró dudoso la comida, lo que daría por una deliciosas bolitas de arroz, pero no estaba en posición de ser exigente así que tendría que conformarse con lo que le daban, era lo menos que podía hacer.

«Aniki, volveré al lugar especial de mi papá ¿Quieres venir conmigo?» - preguntó la niña, ya había tomado su decisión de como quería usar el dinero por el que su padre tanto luchó por conseguir.

«No, me quedo» - Respondió inmediatamente, su hermano era más importante ahora mismo.

«¿No? ¿Y por qué no...? » - estaba a punto de cuestionarlo hasta que comprendió la situación, solamente sonrió al entender las intenciones de su aniki. «Ya veo, entonces te veré en unos días» - y la niña salió del lugar rápidamente.

«Deberías ir con él, hermano... » - Dororo no había sido el único que comprendió la situación, no necesitaba ser demasiado listo como para entender que se negó a acompañar a ese niño sólo porque sentía lástima de su estado.

«Ya tomé mi decisión, me quedaré... Es lo menos que puedo hacer por ti...» - Hyakkimaru se acercó a su hermano, esta vez para ayudarle a sentarse.

«No sientas lástima por mi, no la necesito...» - respondió avergonzado por las acciones de Hyakkimaru.

«No es lástima, sólo pago mi deuda...» - tomó el razón de comida y acercó una cucharada a la boca del chico.

Inmediatamente abrió la boca aceptando la porción de comida en la cuchara de madera, definitivamente habría preferido algunas bolitas de arroz, pero no iba a ponerse exigente, su cuerpo exigía comida.

«¿Cuánto tiempo llevabas allí sentado cuando desperté?» - preguntó curioso, le parecía demasiada casualidad que al despertar él por azares del destino estaba allí.

«Tres días» - contestó con calma, ofreciéndole otra cucharada de comida.

«¿Tres días? ¿No es la misma cantidad de tiempo que yo..?. » - de nuevo aceptó la comida y mientras masticaba entendió que Hyakkimaru estuvo tres días velando por él, a pesar de no tener la obligación de hacerlo, después de todo contribuyó a hacer más difícil su camino hacia su objetivo.
«¿Por qué te tomarlas la molestia de cuidarme?» - le volvió a preguntar, su respuesta le había dejado más dudas que respuestas.

Hyakkimaru dejó la cuchara en el tazón de comida y la dejó a un lado, tomó el rostro del menor entre sus manos, la piel de Tahomaru era cálida y suave, acercó su rostro al rostro contrario mientras le miraba fijamente a los ojos.

Tahomaru por instinto cerró los ojos malinterpretando el gesto, pensando equivocadamente sus intenciones; esperó lo inminente hasta que notó que simplemente había juntado su frente con la suya.

«Hyakkimaru...» - estaba sorprendido y algo avergonzado por lo que estaba haciendo.

«No quería perder a mi única familia...» - esbozó una pequeña pero amable sonrisa.

Los ojos de Tahomaru se cristalizaron, pequeñas lágrimas traicioneras rodaron por sus mejillas, las palabras de su hermano mayor lo conocieron, como a pesar de todo se preocupó por él.

«idiota..» - habló entre sollozos mientras trataba de forzar una sonrisa a pesar del llanto.

Please Don't [Hyakkimaru x Tahomaru]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora