Caída.

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Probablemente era finales de otoñe e iba iniciando el invierno. Era esa época del año en cuando los árboles no tienen ni una mísera hoja y los cielos suelen tener un matiz grisáceo. El viento siempre frio y cada día amenazando con una posible o no, nevada. Asegurando con esta, congelarte sin piedad.

Y bueno, el estaba ahí. Bajo aquel árbol que le gustaba frecuentar, en el desolado parque y teniendo solo una frase o mas bien, un par de palabras, en la cabeza.

Labios blancos. Piel pálida.

Palabras bastante vacías si le preguntabas a cualquiera.

Solo que para el tenían un significado mas profundo ¿Qué ha quien se refería con eso? Fácil, a aquel chico, del cual no sabia su nombre ni mucho menos como sonaba su voz, que parecía ocultar mas de un millón de secretos tras aquellas esmeraldas gigantes y prometedoras sonrisas de esas que iluminan cualquier día o lugar.

Exacto.

Ed había encontrado la perfecta descripción del chico que salvo.

Eso le hacia sonreír como un idiota. Y sí, era bastante tonto.  Pero le gustaba. Le gustaba como de solo recordar cualquier mísera cosa de él, sonreía. Y no una de esas sonrisas falsas o de cortesía, era mas una de esas que si llegara a descuidarse sus mejillas dolerían o la gente se asustaría.

Ya, okey, es un completo idiota.

Un completo idiota que por primera vez en un tiempo, recordó aquella sensación de su pecho comprimiéndose, sus manos temblando y sus piernas de gelatina. Eso que en algún momento podría ser algo lo suficientemente poderoso como para arruinar su vida o tener un efecto contrario. 

No quería ponerle nombre a aquel sentimiento, pero si pudiera... tal vez, llevaría el nombre de gust...

No y no. Ed no quería pensar en eso. Es mas, quería por sobretodas las cosas sacar eso de su mente. 

Sin embargo, indiferentemente de lo que quisiera o pudiera, eso no podía ser algo que tomara el control de su vida. Habían transcurrido al rededor de tres semanas, desde el incidente con el ángel de rizos achocolatados. Y ya, eso fue todo, no hubo un después y por como se veían las cosas, no lo habría nunca.

Si era hermoso y si había hecho su corazón galopar con la fuerza de mil ciclones. Pero hasta ahí. Su vida había continuado, seguía asistiendo a la universidad y yendo a su trabajo regularmente, seguía intentando no golpear su cabeza con cada objeto pesado solo para lograr escribir su canción y salía con sus amigos. 

Su vida normal, de siempre. La que ha tenido durante este par de años desde que se mudo solo a Londres.

Pero... ¿Por qué parecía que algo faltaba? Como si algo en su ya acostumbrada rutina no estuviera, posiblemente un alguien y de unos brillantes ojos esmeraldas, facciones cinceladas por los mismos dioses griegos y un cuerpo que cualquier persona desearía...

Okay ¡Ya! suficiente. DEJATE DE IDIOTECES.- Pensó dándose con la palma de la mano abierta en la frente. Para luego arrepentirse. Jodido idiota que estaba haciendo.

En fin, concentración. Letra, oraciones, rimas y canciones. ESO, es en lo que debe pensar... no en un chico, que era mejor no tomar el tema muy a fondo o terminaría babeando sobre el pasto, sosteniendo su cabeza con el tronco del árbol y manos fugases en los pantalones. 

Así que, concentración.

Labios blancos. Piel pálida.

No era un mal comienzo, podía hablar de alguna chica depresiva o de una persona con fase terminal de cáncer... y ya, va ¿En serio? ¿Cáncer? Esto no es Bajo la Misma Estrella o alguna de esas historias románticas clichés con muertes al final, no. Esto es la vida real y debe escribir de cosas que le ocurran... Equis, quiere hablar del ángel de rizos. 

Y lo hará, nada parecía darle mas inspiración a su vida que aquella penetrante mirada y piel tan suave como la seda.

-¡Ja! Eres patético Sheeran.- se recrimino a si mismo, riendo amargamente al final. 

Se levanto lentamente y sacudiendo su ropa, deicidió tomar su guitarra y solo tocar un par de acordes a ver que resultaba, que melodía salía de su alma.

Rasgó las cuerdas un par de veces y solo por el hecho de recordar que es pobre, no estampo su guitarra contra el piso.

Se sentía frustrado.

-And they say. He's in the Class A Team.

Soltó el aire de golpe, casi como si le hubiesen metido un puñetazo en el estomago. 

Aquella voz. Aquella voz era tan... tan. Le recordaba al canto de las sirenas, una especie de coros de ángeles. Era una mezcla de lo mas hermoso que alguna vez había escuchado. Mucho mas hermoso que la primera vez que la voz de John Mayer se filtro por sus oídos o Mickael Jackson o cualquiera. Podrías buscar el significado de perfección solo con la voz que flotaba en el aire y lo hallarías.

-Stuck in his daydream.

No pudo continuar ahí parado, sonriendo como bobo y temblando como un flan. Así que simplemente siguió la voz, entre el espeso bosque. Tropezó un par de veces y se sostuvo con lo que pudo. Algunos rasguños adornaron sus palmas, al igual que la mejilla derecha a causa de una rama perdida. 

-Been this way since 18.

Todo parecía estar oscuro y casi dejándolo ciego un rayo de luz ilumino todo. Había salido del bosque, por poco yéndose de bruces al suelo. La voz se hacia cada segundo mas rasposa y dolida, como si cada palabra quemara en su garganta, como si aquello le doliera tanto que no fuera capaz de soportarlo.

Ed sentía cada sentimiento como si fuera suyo.

-But lately his face seems. Slowly sinking, wasting. Crumbling like pastries.

Subió la mirada y por fin lo encontró. Allí. Con los cabellos volando a su al rededor y con los pies al borde de un acantilado. Sus ojos lucían tristes, casi devastadores y su piel mas pálida si eso era posible. Llevaba una campera verde sucia y un gran moretón en el cuello, parecían manos.

El pelirrojo no pudo no apretar los puños con fuerza.

-And They scream.

Hizo una pausa que pareció casi eterna, no pudo soportar la tención. Así que sin dudarlo dio un paso al frente, haciendo que unas hojas rompieran bajo su peso y llamando la atención del ángel. El cual volteo casi con miedo para luego remplazar la mueca por una sonrisa rota y girando completamente, solo para encarándolo.

-THE WORST THINGS IN LIFE COMO FREE TO US.

Aquello fue un grito. Fue tan desgarrador que pensó que lloraría, que su promesa hecha hace un par de años atrás seria rota y gruesas lagrimas caerían por sus mejillas. Su dolor lo calo, tanto, que se hizo parte de el.

-Adiós Ed. 

Y por un segundo sintió que todo su mundo se derrumbaba.  

MMM ahmm si ¿Hola? alguien por aqui. Si, bueno. Se supone que volvi. Espero les haya gustado el cap... aunque yo misma no entendi muy bien a que llegue. Estaba pasando por una etapa de no inspirarme para nada. Lo lamento mucho y bueno. Prometo que si escribire mas seguido. Es mas ya comence el siguiente. No me odien :(

The A Team » larry lirry zarry narry || shylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora