El diario | Mario Götze

Treinta y cuatro

Me explicaste tu enojo, de la forma más calmada posible.

Estabas molesto por lo de Joshua, y me pediste la explicación del por que te había estado ignorando todo estos días.

Te mentí, te dije que por que estaba llena de trabajo, me sentí absolutamente mal.

Después que charláramos por el parque, me invitaste a comer por que estabas muerto de hambre ya que habías tenido entrenamiento.

Prometiste que siempre íbamos a salir como amigos cada vez que salieras de un entrenamiento, ya que te relajaba.

Esa palabra "amigos" no sabes cuanto me dolió, y creo que lo notaste diciendo que te hacia bien por que te relajaba.

La mejor parte fue cuando me dejaste en casa.

Fue extraño.

Pero lindo, todavía tengo la sensación de tus labios sobre los míos.

Me haces feliz, Mario Götze