CAPITULO IX

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Unas horas mas tarde, luego de que  Suricata-man se enterara  por medio de su vecina chismosa que su padre había muerto.

Salió corriendo al centro de la ciudad  después de comerse un mango. El mango le dio fuerza sobresuricata, he iba tan veloz que una señora con un coche de bebé lo rebasó .

En ese momento, Suricata-man se dio cuenta de que estaba perdido y  tuvo que parar un carrito por puesto para  poder llegar a su destino. El problema era que no tenía dinero, pero se había llevado un bolso con mangos y le dijo al conductor.

-Te doy tres mangos y me dejas más adelante, ¿Se aguanto?-

-¡LIISTO!- y el conductor lo dejó cerca del lugar de los hechos.



Suricata-ManDonde viven las historias. Descúbrelo ahora