El calor amenazaba con derretirlo todo, las casas, las calles, y hasta las montañas que cercaban al pueblo. Dos ancianas combatían las altas temperaturas con granizados de limón en la terraza de un bar.
- No puedo creerlo, después de tantos años, ... ¿Como has podido mantener ese secreto sin contárselo a nadie? Y, ¿porqué, ahora, que ya estaba todo olvidado, has decidido romper tu silencio?
- Porque los remordimientos me han estado torturando todos estos largos años y, ahora, que ya casi todos han muerto, y solo quedamos tú y yo, necesitaba contártelo.
Se hizo un silencio denso entre las dos mujeres, que las dos aprovecharon para evocar el pasado, ese pasado trágico que ambas se habían pasado la vida intentando olvidar. El camarero se acercó y, temeroso de interrumpir un silencio tan cargado de emociones, dejó con mucha lentitud la cuenta sobre la mesa, sin que ninguna de las ancianas se percatase de su presencia.
Aunque había pasado mucho, mucho tiempo, parecía que era ayer cuando todo ocurrió ...
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Como si fuera ayer
Historia CortaUna historia surgida en una cálida tarde del mes de junio bajo una ola de calor extrema.