Mi razón ...

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     Con mis ojos perdidos en la inmensidad , apenas si recuerdo quien fui una vez... siguiendo tus pasos por la casa como atraído por un imán, atravesando la oscuridad una y otra vez al oir tu voz entre los ecos del tiempo y solo conformarme con  acariciar el cristal que nos separa, pensando en ti hora tras hora... minuto a minuto
Preguntándome si aun esperas por mi...  mis lágrimas comienzan a rodar por mis heladas mejillas... te observo y quisiera poder decirte que nunca me aparté de tu lado y no sabes cuántas veces golpeé el cristal en intentos desesperados por tratar de que me escuches gritar "¡Aquí estoy!, ya no llores más...por favor...aqui estoy..." pero solo oía impotente tu llanto y las veces que maldecías tu suerte por mi ausencia.
- oh querida mía, amor mío... si te pudiera contar lo que es estar aqui, ya no siento el frío porque mi sangre esta helada...No me asusta la nada que me rodea porque mi alma está vacía, aprendí a ver en la oscuridad convirtiéndome en una sombra...me sentía perdido al principio porque no tenía una razón para seguir, perdí mi fe escapando de mis terrores mas horrendos en la oscuridad, me mantenía siempre pegado al cristal, aferrado a la poca luz que logra atravesarlo pero ¿qué sentido tenía  pasar una eternidad asi? tomé coraje y caminé hacia la oscuridad... vi a la misma muerte a los ojos y me dió la espalda, ignorándome como si ya no fuera nada,cuanto más se alejaba perdiéndose en el infinito más podía sentir el cambio en mí...caminé sin rumbo y caí muchas veces sobre mis rodillas golpeando el suelo con mis puños explotando en llanto, agarrando mi cabeza... podía sentir como lentamente mi cordura me abandonaba, lloré, grité y maldije hasta caer exhausto, tendido en el suelo apenas con un ápice de aliento tu recuerdo me encontró una vez más y casi sin querer una sonrisa se dibujó en mis labios, lentamente me puse de pie y comprendí que mi razón eres tú... una extraña sensación recorrió mi cuerpo como si me llenara de energía de pronto y una carcajada se liberó de mis entrañas, es que siempre tuve una razón y no lo sabía, busque el camino de regreso hacia ti corrí entre la bruma tratando de oir tu voz en la oscuridad, finalmente enfrenté mis demonios y los devoré uno a uno saciando el vacío en mi interior...y aqui estoy mi querida, esperándote, observándote como cada tarde lo hacía...- el joven suspiró al aire y la nombró una vez más, las manos de la bella se detuvieron de golpe dejando de tocar el piano, alzó su mirada y observó fijamente el gran salón, se puso de pie y lentamente se acercó al gran espejo como estudiando cada detalle, pero ¿que había pasado?... acaso ¿ella lo escuchó?... el joven detrás del cristal envuelto en ansiedad y locura se acercó aún mas y apoyando su mano en el cristal  murmuraba impaciente..
- Cariño mírame a los ojos y dime que hay adentro, que la verdad sea dicha,  mi querida, tu no sabes como es...- como atraída por alguna fuerza extraña, la doncella se acercó sin apartar su mirada del espejo, fijó su vista a su reflejo como si estuviera en un trance... el aire se sentía pesado, por un momento la joven quiso retirarse pero extrañamente no podía apartar su vista, los últimos rayos de sol se perdieron en el horizonte, un claro de luna comenzó a recorrer el gran salón a travéz del ventanal plasmándose directamente en el espejo, la joven quedó inmóvil ante los enormes orbes de su amado que la miraban fijamente
- Saeran.. - susurró la joven mientras posaba su mano sobre el espejo..- ¿porqué me dejaste?- reclamó estallando en llanto sobre el cristal,sus piernas se aflojaban ante la conmoción cuando de pronto sintió como su mano era tomada con fuerza haciendo que un escalofrios la recorra al alzar la vista y verlo parado frente a ella...
- Calma cariño, aquí estoy...

[...]

𝓔𝓽𝓮𝓻𝓷𝓪𝓵 𝓛𝓸𝓿𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora