Nota: Este one-shot ignora los eventos sucedidos en FBATCOG, pero agrega unos ligeros guiños sobre la película.
Las concurridas calles de Nueva York estaban cubiertas por una manta blanca, a pesar del clima los transeúntes se apiñaban en el puerto para tener una mejor vista de la Estatua de la libertad rodeada por la nieve; todos excepto uno, Newton Scamander luchaba por salir de entre la multitud sin mucho éxito: su maleta golpeaba espinillas, rodillas y pantorrillas por igual, de alguna manera un niño había conseguido colarse por debajo de su característico abrigo azul y su cabello lucía más desaliñado que nunca. Pero todos esos inconvenientes no le importaban al magizoólogo, ya que el premio merecía la pena: volver a ver a sus amigos después de estar un año lejos era el mejor regalo de navidad que podía desear. Sólo había podido tener comunicación con Tina por medio de esporádicas cartas, pero no eran suficientes, necesitaba verla, hablar con ella, estar con ella.
Tan pronto como logro salir de entre la muchedumbre, se deslizó al callejón más cercano y Apareció en frente del edificio de las Goldstein. Recordaba vagamente el incidente con la casera, así que decidió probar su suerte y adentrarse en el edificio con la esperanza de que la mujer no lo descubriera; lanzó un hechizo al portón para que se abriera y subió corriendo las escaleras, iba en el último tramo cuando escucho una puerta abrirse y la voz de una mujer resonando entre los pasillos.
–¿Eres tú, Tina?
Newt contuvo la respiración. Por Merlín, ¿Esa mujer tiene oídos en las puertas? – pensó mientras se pasaba la mano por el cabello.
–¿Tina? – repitió la Sra. Esposito, aún esperando una respuesta.
Mientras tanto el pobre hombre no se movía, su cabello había comenzado a pegársele a la frente por el sudor y los nudillos de la mano que sostenía la maleta se le habían puesto blancos, estaba apunto de hacer su mejor imitación de la voz de una mujer cuando...
–No, señora Esposito, es Queenie – Newt soltó todo el aire que había contenido cuando escucho la cantarina y suave voz de Queenie.
Merlín la bendiga, tal vez podría regalarle un Niffler... aunque seguramente Tina se molestaría conmigo... Tina. Y sus pensamientos siguieron girando hasta que sintió como una mano le apretaba el codo, rápidamente levanto su varita, pero cuando se volteo y vio a Queenie esbozó una sonrisa de lado.
–Baje eso, señor Scamander – le dijo Queenie en un susurro, pero con una sonrisa traviesa jugando en sus labios – mi hermana es auror y podría dejarlo calvo si me hiciera algo... ahora ¡vamos!
Y lo jaló hasta que estuvieron seguros en el interior del departamento. Newt se quedo petrificado en la puerta; las cosas habían cambiado mucho desde la última vez que él había estado allí: sobre el mueble a lado de la ventana, aunque no muy cercano a las cortinas, se encontraba un menorah con las velas apagadas, sobre la chimenea había unas esferas de nieve con renos y osos polares adentro, en la mesita que estaba a lado del sofá pequeño se encontraba un pino en miniatura con pequeñas esferitas de colores, un pingüino con un gorro rojo descansaba sobre el otro sofá y una serie de luces colgaba sobre las camas individuales. Sonaban villancicos en la radio y Newt sonrió.
–Es un gusto verte otra vez, Newt – Queenie le sonrió mientras se alejaba de él.
–Gracias por lo de su casera, señorita Goldstein – Newt colocó la maleta en el suelo y miro a su alrededor luciendo un poco decepcionado.
–No fue nada – la risita de Queenie resonó por todo el departamento – Tina no tardará en llegar, si eso es lo que te preocupa.
–No, sólo... no – escondió la mirada con su flequillo, mientras Queenie volvía a reír.
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This love
FanfictionUna serie de One-shots inspirados en Newt Scamander y Tina Goldstein.