After tonight

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En una noche fría, con la nieve cubriendo las calles y amigos celebrando un momento tan maravilloso como lo era una boda, después de derrotar a un mago terrible, nada podía salir mal.

Y en efecto, todo estaba saliendo a pedir de boca, la pareja de novios lucia radiante, el pastel estaba exquisito, el brazo de Newt rodeaba la cintura de Tina y ella le lanzaba sonrojadas sonrisas de cuando en cuando. Nada, ni nadie, podía arruinar ese momento... excepto Theseus.

—¿Me permitiría este baile, señorita Goldstein? — Newt vio con horror cómo la mano de su hermano se dirigía hacia Tina con caballerosidad, porte y elegancia y cómo ella la tomaba con una perfecta sonrisa.

—Por supuesto, señor Scamander — Newt notó, no sin cierto recelo, que cuando Tina llamó a su hermano por el apellido que compartían, no lo hizo con enojo.

Sin poder evitarlo, bajó la mirada, pero de inmediato los volvió a mirar cuando las primeras notas se hicieron presentes. Más temprano, cuando habían sugerido instalar un gramófono para escuchar musica y bailar, le había parecido una idea inocente, pero ahora le parecía la más grande aberración de lo acontecido durante toda la velada. Tal vez alguna de sus criaturas pudiera zamparse el artilugio.

Mientras miraba los brazos de su hermano y de su... y de su... de su Tina, decidió con firmeza, moverse al compás de la música por el aire y sus pies deslizarse, pensó en un ritual parecido al que él había realizado unos cuantos años atrás, en esa misma ciudad; para posteriormente mirar con recelo como Tina deslizaba los brazos hacia el techo y Theseus la tomaba de la cintura para hacer sus cuerpos girar, mientras ella posaba sus delicados brazos sobre sus hombros.

Newt sabía que los celos eran una emoción irracional, sabía que él y Tina compartían un vínculo emocional especial, aunque nunca lo hubieran expresado con palabras y Newt sabía que estaba siendo irracional, porque aunque nunca se habían dicho las palabras, los bonitos ojos de Tina no miraban a nadie, como miraban a Newt; incluso hace unas horas, cuando la vio por primera vez después de tantos meses, ella sólo tenía ojos para él, ¿qué importaba si los brazos de pulpo de su hermano la rodeaban ahora y sus piernas de gigante la dirigían de un lugar a otro? Los ojos de Tina no dejaban de buscar a Newt.

Además, Theseus y Tina se habían vuelto amigos después de París por todas las cosas que tenían en común: ambos eran los hermanos mayores, eran aurores, sus personalidades eran parecidas y, lo más importante, ambos amaban a Newt y siempre intentaban protegerlo, así le gustara o no. Y a pesar de saber todo esto, Newt no podía evitar sentir celos.

Un amistoso golpe en la espalda del magizoólogo interrumpió sus obsesivos pensamientos.

—Queenie me dijo que te viniera a hacer compañía... — Jacob le sonrió bonachón, casi conocedor de todo lo que pasaba por su mente — y que te ofreciera otro pedazo de pastel.

—Creo que aceptaré ambos — Newt asintió y se dejo guiar a una de las sillas que rodeaban la estancia, donde ya se encontraban Queenie y Lally, quienes parecían mantener una graciosa y secreta conversación a costa suya.

—Newt— la profesora le pasó una rebanada de pastel con un movimiento de varita y el mago tomó asiento entre sus amigos sin dejar de mirar a la elegante pareja de bailarines. Theseus giraba, mientras Tina lo esperaba con un brazo extendido y una sonrisa. Todo en ellos era pompa y circunstancia: desde los movimientos de sus manos, hasta los gestos de sus rostros.

—Si las miradas pudieran matar... —le comentó Theseus a Tina, en el momento en el que se unieron para bailar la parte más lenta de la pieza.

Tina lo miró sin comprender, a lo que él le lanzó una mirada risueña a su enfurruñado hermano menor.

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