Primera parte

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3 de enero a las 12:00 a

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3 de enero a las 12:00 a.m

-¡Feliz cumpleaños, amor!-el grito escandaloso de mi esposo me alarma sintiendo sus labios hundirse por todo mi rostro

-Ya para, amor-lanzo una carcajada sonora tomando distancia con cuidado de su cuerpo-gracias-mis labios se apegan a los suyos por cortos segundos

Joel me deja en el mismo sitio caminando hasta el ancho armario buscando entre este, tal vez me sentía confundido ante tremendo acto, mi cabeza formulaba teorías con la única finalidad de seguro sería relacionada con una prenda.

-Para mi bebé-su sonrisa se agranda entregandome un paquete sacando con prisa su teléfono de su bolsillo con un intento de tomar una fotografía

Entre risas mi reacción es instantánea creando un gesto gracioso sacando un suspiro de mi pareja que sonreía sin parar.

-¿Qué es? -cuestiono analizando aquella cajita envuelta de un papel lleno de ositos dormilones carcomiendo mi curiosidad por querer abrirlo

Intento descifrar por la forma sin poder lograrlo y es que se podía tratar de infinidad de cosas que dejaba mi cabeza divagar.

-Abrelo, bebé-esta fue la palabra precisa para abalanzarme al regalo abriendo con delicadeza para no rasgar el papel bonito

Se entre abre mis labios sin poder reaccionar ante aquel contenido, se trataba de una cámara pero no cualquiera...era la que anhelaba de pequeño.

Mi corazón palpitaba con rapidez sintiendo mis manos temblar al querer tocarla; sonaría tonto el amor que le tenía, el pasar por la calle cuando era chiquito y justo detenerme a ese diminuto negocio de antigüedades prometiendo que algún día la compraría.

Aunque lo que más se apoderaba en mi cuerpo era el sentimiento que mi Joel se acordara después de tanto tiempo que le comenté.

Mis lágrimas de la impresión se desplazaban por mis mejillas sintiendo lo mojadas que se encontraban corriendo a los brazos de mi amado mojando su camiseta por casualidad; me siento tan feliz.

-Muchas gracias-mascullo en su oído aferrandome a su cuerpo recostando en su hombro-te amo mucho, Joey

-Yo te amo mucho más, pequeño-me muestra su hermosa sonrisa secando las gotas saladas que salían de mis ojitos ayudandose con su pulgar-voy a prepararte el mejor desayuno, Er

Deposita mi cuerpo en la cama dejando un beso en mi frente acariciando mi mejilla para luego alejarse de mí queriendo retirarse de la habitación.

Agarro su camiseta jalandolo a mi lado acercandome con lentitud a su rostro; necesitaba besarlo, nuestros labios se unen motivando la necesidad de seguir.

Sus manos recorren mi cuerpo encima de mi ropa apretandolas al llegar a mi cintura, haciendo que mi piel se ponga chinita exitandome con su tacto.

Se escapa mi risa nerviosa sin querer estar atrás de él sintiendo como me domina, al igual mis manos friolentas las adentro acariciando su abdomen trabajado.

Este hombre era perfecto por donde se viera, mis piernas tambalean al sentirme expuesto a sus ojos; aunque estabamos casados me sentía realmente apenado a su delante.

Toca mi trasero apretandolo con sus grandes manos haciendo que suelte un leve jadeo aferrandome a sus hombros.

-Tu segundo regalo, mi amor-podía jurar que con esa palabra acompañadas de su risa coqueta pude sentirme como si me encontrara en el cielo; el dejarme en la cama bajandose su buzo con sus boxer al mismo tiempo me prendía

Me enseña lo duro que se encontraba saliendo una carcajada de mis labios arrodillandome para colocarlo en mi boca chupandolo como si de un delicioso dulce se tratara.

Sin perder el tiempo ya me hallaba abajo de mi esposo gimiendo en alto su nombre clavando mis uñas en su espalda por lo fuerte que se adentraba en mí.

El sentirlo adentro mío emocionaba mis hormonas hundiendome en la locura por seguir, simplemente me encanta saber que yo soy el esposo de un hombre tan caliente.

Un gemido se escapa cuando acelera sus movimientos tocando seguidamente mi punto; su mano dirigiéndose a mi miembro masturbandolo de acorde a sus movimientos.

Aferrandome a la frazada sintiendo el líquido caliente desplazandose en mi interior llenandome causando que le siga liberandome en mi abdomen.

Mi esposo me besa retirando su miembro con delicadeza dejando un vacío, limpiandome con una toalla para minutos después acomodarme ya cambiado con una manta, cerrando mis ojos quedandome dormido por quedarme sin energías.

El mejor regalo que me puede dar aquel hombre que es mi esposo, son incomparables.

El mejor regalo que me puede dar aquel hombre que es mi esposo, son incomparables

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Ú𝒍𝒕𝒊𝒎𝒂 𝒑𝒂𝒍𝒂𝒃𝒓𝒂 ¦¦ ᴊᴏᴇʀɪᴄᴋ ¦¦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora