Historias Cortas es una serie de relatos de diversos géneros literarios que fascinaran al lector, transportándolo a un mundo del que no le será fácil separarse.
N/A: Hola amigos, para finalizar el mes del orgullo LGBTQ+ les dejo esta pequeña historia, cabe destacar que NO busco ofender a nadie, tengo muy buenos amigos que pertenecen a esta comunidad, que la disfruten...
Me despierto ¿Qué hora es?, froto mis ojos y me doy cuenta de que el reloj de la mesilla marca las 7:30 am, se hace tarde, me siento en la cama y observo las pantuflas de piel que me regaló mi amiga Martha en navidad, me las coloco una por una, voy hacia el cuarto de baño, amanecí completamente despeinada el día de hoy, me siento en el inodoro, estoy tan cansada, basta de divagar, hay cosas importantes que hacer hoy.
Me acerco al lavabo, me observo al espejo ¡Que ojeras tan espantosas tengo! Regreso a la habitación, ya necesito cambiar mis sábanas, están tan sucias que casi no se notan los bordados floridos, abro los cajones de la mesilla, una pintura de uñas, doce paquetillos de pestañas postizas sin abrir...¡Bingo! Mi estuche de maquillaje.
Regreso al baño, revuelvo entre las cosas y saco la base, comienzo a aplicarla haciendo pequeños círculos en con la esponja, después coloco un poco de polvo alrededor de las cuencas de mis ojos, ahora algo de delineador para resaltar el brillo de mis ojos, estoy demasiado pálida, aplico un poco de rubor para dar color a mis mejillas, luzco mucho mejor, pero me faltan un par de cosas, voy de nuevo a la habitación y revuelvo una vez más en la mesilla, tomo una pintura labial y un paquete de sombras.
Una vez más al baño, ya me estoy mareando de dar tantas vueltas, pero acabaré pronto, aplico un poco de sombra marrón, difuminada, algo delicado para comenzar la mañana, comienzo a frotar la brocha en mis párpados, esto se ve cada vez mejor, aplico una capa de sombra negra para darle textura, como toque final, deslizo el labial delicadamente por mis labios, marcando el corazón, aplico un poco de gloss para cubrirlo y que dure un poco más, ahora iluminador para brillar mucho más que cualquier estrella.
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Ahora sí, luzco divina, este maquillaje quedaría espléndido con mi vestido nuevo y los tacones altos, ya me muero por ir a la disco con Martha, he esperado toda la semana para eso, me observo otro par de minutos, de pronto una alarma me devuelve a la realidad, sonrío, la detengo y abro el grifo, me lavo la cara, retirando todo el maquillaje.
Voy al armario, saco mi traje y zapatos, me siento terrible en este momento del día, una vez vestida tomo mi lonchera, y salgo de casa,dejo de ser yo totalmente, algún día me conocerán como yo deseo que lo hagan, me subo al coche y voy directo al trabajo.
Cómo me gustaría abrir la ventanilla y gritarle al mundo la verdad sobre mí, que no soy la persona que todos conocen. Llego a la oficina y soy ese al que todos conocen, el confiable y amistoso Tom, el hombre más común que el mundo podría llegar a conocer, si tan sólo supiesen mi secreto.