Nuevos Aires

54 13 8
                                    

Todo estuvo mal desde aquel día en el que ambos decidimos llegar a ésta ciudad, debimos tan solo ignorar lo que pasaba a nuestro alrededor. 

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

La muerte de nuestros padres nos tomó por sorpresa a ambos, recuerdo bien el momento exacto, mis lagrimas bajaban cual cascadas pero nada salía de mis labios, por el contrario Yunho se había mostrado fuerte en esa ocasión y todo lo que hacía era tomar mi mano con fuerza mientras el hombre que vino a dar la noticia le daba sus condolencias, como si eso nos ayudara en algo.

- ¿Qué haremos ahora?

Pregunté mientras me arreglaba la corbata, él era mayor por dos años y al siguiente año acabaría la escuela, ambos eramos aún menores de edad, me preguntaba si alguien se haría cargo de nosotros o nos dejarían a la suerte como pasaba en las telenovelas que mamá veía. 

- Buscaré un trabajo.

Asentí como respuesta antes de sonreir, sabía que para mi hermano era difícil y no necesitaba que yo me pusiera a llorar, necesitaba que sea su fuerza, así como él era la mía.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Movía los pies haciendo que el choque de mis zapatos con el suelo sea lo único que se escuche en el salón, podía ver a mi hermano recibir los pésame de cada persona, parecía algo demasiado doloroso, pues ellas comentaban recuerdos que no nos hacían nada bien ahora mismo, si solo alguien solo nos dijera que no estamos solos, eso es lo único que necesitamos.

Eleve la mirada cuando aquel hombre vestido de blanco comenzó a hablar deseando el descanso en paz de mis padres, la forma en la que todos oraban inclinando sus cabezas me hacía pensar si estaba mal el que yo no haga lo mismo, después de todo creo que si hay alguien allá arriba no debería de permitir que pasen estas cosas.

*-*-*

Observaba de un lugar alejado como la tierra iba cayendo sobre los ataúdes de mis padres, como algunas mujeres rompían en llanto, la manera en la que mi hermano observaba todo en completo silencio, aunque nadie lo notara yo si, sus ganas de llorar eran tan grandes pero no lo hacia, su labio inferior tembló y una lagrima escapo, él la limpio de inmediato cuando el suelo terminó plano otra vez.

Justo en ese momento algo hizo clic dentro mío, no vería más a papá, mamá ya no me daría esos abrazos, ya no iriamos todos a pasear, ya no habría fiesta sorpresa para Yunho en su cumpleaños. 

Corrí hasta donde ahora todos se alejaban, llamando a mis padres a gritos, pidiendo que alguien los saque, que ellos estaban aún con vida, lo sabía, pero antes de poder tirarme al suelo fui sostenido por alguien que conocía bien, Yunho negaba apegandome más a su pecho.

- Ellos ya no están.

Me dijo con voz ronca y fue entonces que le ví llorar, cayendo de rodillas y yo con él, su llanto era amargo, ahora que solo eramos los dos nos dimos tiempo de llorar, de sacar todo el dolor que teniamos desde que aquel hombre llamó a la puerta anunciando que mis padres habian fallecido, donde el coche terminó destrozado. 

*-*-*-*-*

Ni bien llegamos a casa nos acostamos en el sofá, a pesar de ser algo pequeño ambos podíamos entrar muy pegaditos, ninguno dijo nada, él acariciaba mis cabellos mientras yo hacia lo mismo con sus brazos, pues me sentía seguro ahí. 

- Veo que ya llegaron.

Él me puso atrás cuando terminamos de pie, el hombre frente a nosotros tenía una mirada triste a pesar de estar sonriendo, se dirigió a mi hermano importándole poco o nada que yo también me encuentre ahí.

LAZOS (HoMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora