Capitulo UNO: Cuando el peligro se va.

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Abrió los ojos de golpe y se reincorporo de una forma tan violenta que sintió que el mundo a su alrededor se movía en caos, su estómago estaba revuelto y una ligera fiebre persistía en su cuerpo.

Nunca en su vida se sintió tan hecho mierda.

Nunca como en aquella ocasión y vaya que la vida había sabido darle oportunidades para perder el cuello.

Su cabeza dolía, así que cuando al fin sus ojos lograron enfocar algo y ese algo fue a su amiga hincada a su lado, dormida mientras seguramente le cuidaba de cerca, quiso pedirle que si por favor podría darle algún remedio o hechizo que pudiera darle arreglo a ese dolor. Su pecho se sentía demasiado doloroso, tal vez su corazón empezaba a resentir la experiencia resiente en Malfoy Manor.

De verdad creyó por un instante que ese podría llegar a ser su fin, nunca tuvo una noche fue tan larga y tormentosa como aquella, mantenerse a la expectativa de si su amiga estaría bien o no, de si llamarían a Voldemort o no, de si al bastardo de Malfoy le daría por reconocerlo en cuanto los primeros rayos de luz alumbraran la mañana.

Esa era otra cosa que sin saber porque, continuaba causando estragos en su mente. En aquel momento que estuvieron frente a frente, cuando aquel tipo le obligaba a encarar al Slytherin logro que sus ojos hicieran contacto con los de Malfoy, se veía tan acabado y desalineado que solo el ver un ligero brillo a tormenta en sus ojos pudo confirmarle quien era el que se encontraba frente a él, sus ojos destilaban miedo y alivio, por causas que no supo identificar, eso no hizo más que confirmarle el hecho de que él le reconocía, sabía quién era, entonces ¿Por qué...?

Su cabeza palpito de nuevo, darle tantas vueltas al asunto no lograba más que empeorar su malestar.

Volvió a ver hacia su amiga y estuvo a punto de sacudirla un poco para lograr despertarla, pero se detuvo al ver su rostro más detenidamente, se encontraba más pálida y sus pómulos estaban un poco hundidos, bajo sus ojos se encontraban unas sombras oscuras y había rastro de un camino de lágrimas en sus mejillas. Mirar ese cuadro lo sorprendió demasiado, una mano de la chica, más concretamente la derecha se encontraba cuidadosamente extendida y vendada al más puro estilo muggle y la otro, la izquierda se encontraba tomando un montón de hojas un poco arrugadas ya por culpa de la fuerza inconsciente que ejercía la chica al dormir.

Tan curioso cómo le era inevitable ser, tomo con cuidado el manojo de hojas de la mano de la chica y al atraerlas hacia si no pudo evitar reconocer la débil esencia que despedían estas, la conocía de algún lugar, pero de dónde.

Se sorprendió al ver como al reverso de una de las hojas la dedicatoria ponía su nombre, mas no el remitente, eso llamo aún más su atención y luchando contra las palpitaciones en su cabeza se aventuró a leer aquello.

"Para mi querido y muy estimado, Potter.

 

Mi mayor rival en vida y el dueño de mi..."

 

Una explosión resonó dentro de la habitación, logrando que la castaña despertara de un salto y buscara por inercia su varita en su bolsillo trasero.

Se calmó un poco al ver que su amigo ahora se encontraba despierto, por fin, después de dos noches seguidas de fiebre por culpa de su hechizo. Quiso acercarse y preguntar por su estado, pero una nueva explosión volvió a darse y con ello ella fue capaz de darse cuenta de cómo la magia de Harry se encontraba fuera de control, amenazante, violenta con todo a su alrededor.

Alterada intento buscar algo con que calmarle, pero era inútil, trata de acercarse un poco más y al hacerlo pudo ver como un papel salía despedido por el aire por el impulso que causo la almohada al estallar.

Eso era...

-Herms, dime que no es cierto, por favor. -pidió Harry, se tomaba la cabeza como si doliera horrores y gruesas lagrimas rodaban por sus mejillas, sus ojos se encontraban abiertos a mas no poder, el dolor era palpable en su rostro. - Lo que está escrito ahí no puede ser verdad...no, no puede...no debe...-pedía mientras seguía derramando lágrimas y las explosiones se seguían dando una tras otra, llamando así la atención de los otros que se encontraban dentro de la mansión.

Ella intento abrir la boca y decir algo, pero al igual que el un hilo de lágrimas salían sin control de sus ojos y el nudo en su garganta le impedía hablar, no se sabía qué hacer y por primera vez en su vida supo que ni todo su conocimiento seria de ayuda para su amigo si es que había leído aquellas cartas.

Nada sería útil para tratar de calmar a Harry en esos momentos, así que hizo lo único que pudo en esos momentos y lo abrazo contra su pecho. -Lo siento tanto, Harry, en verdad no tienes idea de cuanto lo siento, Malfoy, el...nos ayudó a escapar esa noche y...

Un grito adolorido agrieto las paredes y sin más, la puerta fue abierta y un grupo de personas entraron.

- ¡Malfoy!

Fue el último grito adolorido que pudo dar el de ojos esmeraldas antes de ser noqueado por Sirius.

Hey, Draco Malfoy [Harco].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora