Capitulo CUATRO: En las sombras.

760 78 10
                                    

Entre las sombras de una noche sin sueño, tratando de hacer el menor ruido posible, el sonido del corazón golpeando su pecho es tal vez el mayor escándalo que podría haber escuchado en su vida.

Caminar entre la oscuridad fue tal vez una de las sensaciones más difíciles en su vida, la sensación de estar a la deriva era difícil de tragar, aunque tal vez fue su estómago vacío lo que provoco que el vacío se sintiera abismal en su estómago, hasta el punto de ser doloroso. Sentía su vista un poco lenta y tenía mareos, pero no era algo que le impediría avanzar, era lo suficientemente terco como para tragarse todo su malestar y seguir avanzando.

Caminar entre la nieve logro enfriar su mente cuando al fin salió de aquel lugar, su mirada que desde hacía mucho había dejado de ver a sus acompañantes a los ojos no pudo evitar viajar hacia sus pies, que se hundían ligeramente bajo las capas de la nieve, sintió como la frialdad atravesaba ligeramente a su calzado de cuero, logrando que sus pies ya desde un principio fríos alcanzaran otro nivel de frialdad, uno que hacía que cada paso lograra que le temblaran las piernas.

Sintió algo frio tocar su nariz, distraídamente llevo su mano hacia ella tratando de sacudirla, pero se detuvo tan pronto como se enfrentó con la vista a la propia delgadez de su muñeca, su manga le quedaba demasiado holgada, la palidez en su piel era demasiado sobresaliente, las venas saltaban a la vista de una manera casi enfermiza, su apariencia por completo no debería de ser mejor.

Su veela lloraba y se sentía dolorido, pero hacia mucho que había dejado de comprender sus palabras y su bestia mágica parecía rendirse cada vez más rápido, hablando menos y sintiéndose dolido aún más.

Todo el gritaba malestar por cada uno de sus poros, pero aun así ninguno de los presentes le dedico una segunda mirada, más preocupados en seguir esperando con ansias a su maestro.

Suspiro sin saber porque exactamente y miro hacia el cielo, la niebla entorpecía la vista, pero aun así la luz de la luna no logró ser escondido por completo, la vista estaba cargada de un ambiente misterioso, pero siendo lo más brillante que había podido contemplar desde hacía mucho tiempo no pudo evitar sentirse atraído por la vista, sus ojos picaban un poco pero aun así no bajo la vista, el sentimiento era extraño, no lograba identificarlo por completo, pero aun así hubo un hecho que pareció aclararse entre la turbiedad de su mente.

Puede que a él le gustaran las cosas brillantes.

No como las costosas joyas de su madre, que resultaban burdas a sus ojos, sino más bien las cosas misteriosas como aquellas que parecían tener encanto propio que atraía miradas y conmovía los corazones.

Por un momento quiso alzar su mano y tratar de tocar la vaga silueta de la luna, pero tan pronto como su mano estuvo en el aire fue atrapada por alguien más. Aquella mano a diferencia de la suya parecía más firme, lo sostuvo bajo con fuerza, tratando de transmitirle algo que no supo identificar, pero tampoco recayó demasiado en ello.

No hubo palabras, pero la expresión de su padrino lo dijo todo.

"No hagas nada que pueda llamar la atención".

El rubio abrió la boca, pero nada pudo salir de sus labios después de que el silencio fuera roto por crecientes exclamaciones, seguido del ruido de una aparición.

Aun entre la niebla, la luz de esos ojos fue difícil de pasar por alto, el sonido siseante de la serpiente callo de repente aquel bullicio.

Sin más, el Lord Oscuro dio una sonrisa complacida.

-Mis queridos amigos, el día en el que nos veremos libres de la suciedad del mundo mágico ha llegada. Síganme una vez más en esta batalla, sin Dumbledore, Hogwarts será el escenario perfecto para hacer callar esas voces que impiden que el mundo mágico vuelva a su esplendor. -Su voz como un susurro hechizante hizo sentir conmovidos a casi todos sus oyentes, logrando que su espíritu de batalla se elevara de manera precipitada. – Acabemos con Harry Potter y jamás volverán a ser encerrados, todo el mundo mágico confía en su salvador y lo aclaman como un santo, acabemos con Potter y su espíritu se quebrará de una vez por todas y no habrá nada que nos ate.

Al final de su apasionado discurso, el aire pareció vibrar, el sin fin de magias que vibraban emocionadas ante la expectativa de ver cumplida su ambición logro agitar el ambiente y dispersar la niebla, las figuras de aquella serpiente y aquel mago se hicieron más claras que nunca.

Como si una carrera se desatara, cada uno de los ahí presentes comenzó a desaparecerse del lugar, dispuestos a llevar caos a cada destino.

El lugar nuevamente se vio en silencio, los pocos magos restantes no se atrevieron a mover un musculo al ver como aquella figura venerada se movía hasta llegar hasta unos pasos frente a un hombre de vistas oscuras y casi deprimentes, pero con una cara sorprendentemente hermosa.

-Severus, mi querido amigo, creo que ya sabes que debes hacer. Prepara todo para mi llegada, aplasta sus deseos de revelarse y ten todo preparado parado para el adoctrinamiento de nuestras nuevas generaciones, siempre es agradable descubrir a los niños prometedores. –declaro mientras dirigía su mano hacia el rostro del pelinegro, con voz baja y grave, su mirada parecía como si contemplara algo entrañable, pero la oscuridad en el fondo de su mirada dejaba un sentimiento de falsedad.

El pelinegro apretó la boca de manera imperceptible, obligándose a mantenerse impasible aun cuando aquello que colgaba en su pecho parecía arder hasta quemarle ligeramente la piel.

Asintió de manera solemne aun cuando su rostro permaneciera inmutable, sin soltar la mano que sostenía con fuerza, trato de moverse lo más natural posible para desaparecerse de ahí junto con su ahijado, pero el escrutinio de la otra mirada fue demasiado como para ser pasado por alto.

-El hijo de Lucius y Narcissa Malfoy, hacía mucho desde nuestro primer encuentro. –Hablo el Lord con voz de alguien que visto a alguien muy querido después de mucho tiempo, una actuación perfecta. –No he escuchado mucho de ti después de que supe que no pudiste acabar con Dumbledore.

Dos de las personas presentes se tensaron por completo, casi olvidando como respirar por completo.

Fue simplemente gracias a los años de vivir entre intrigas y constante peligro que evitaron abalanzarse contra el Lord, tratando de esconder al rubio.

-Mi Lord...

Fue la suave voz de la matriarca de los Malfoys lo que resonó en el lugar por un instante, antes de ser sofocada por un molesto Lucius Malfoy quien tiro de ella de manera decisiva, no queriendo perder más cara ante el Lord con su esposa interrumpiéndole.

-Oh, no estoy molesto con el chico Narcissa. –Le dio una sonrisa a la mujer que logro helarle la sangre. - Él es joven después de todo, aun cuando posee los valiosos genes de los Malfoy y los Black, junto con su talento, no se puede evitar que sea inexperto en algunas áreas.

Volvió la mirada hacia el chico que parecía sudar frio bajo su mirada, pero que permanecía con el rostro impasible.

Tan contradictorio, que resulto entretenido.

Avanzo unos pasos más hasta pasar al chico, todos creyeron que dejaría ir el tema, pero sin más pronuncio. –En tiempos como este, tan cercanos a dar fin a esta fea batalla me siento compasivo, nuestras generaciones jóvenes pueden tener otra oportunidad de reivindicarse, llévenlos ante mí, hay algo que solo ellos pueden hacer en estos momentos.

Y la esperanza de dos personas ahí presentes, se hundió por completo.


---------------------------------------------------------------------------------------------

Sinceramente creo que las primeras lineas fueron  un  poco mi estado de animo, es dificil escribir algo que no recuerdas que rumbo debia tomar, pero estoy decidida a no dejarlo sin acabar.

El camino es incierto, pero espero que les guste. 

Bye.

Hey, Draco Malfoy [Harco].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora