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Gigi

Es sorprendente cuánto ha cambiado mi vida en las pasadas veinticuatro horas. Ayer cuando me desperté, era una virgen que cantaba telegramas para extraños al azar que pagaba mi parte de la renta en un pequeño apartamento que compartía con otras tres chicas. Esta mañana, la única persona por la que necesitaba cantar es un compositor galardonado increíblemente sexy que está compartiendo su enorme casa conmigo. Y su cama, que es la razón por la que definitivamente ya no soy virgen. Varias veces desde que me despertó varias veces en la noche para tomarme. Mientras giro sobre el enorme colchón, estoy dolorida en lugares que ni siquiera conocía antes.

—Auch —gimo después de sentarme.

—Mierda, nena. Debería haber pensado cómo te sentirías esta mañana y haberme controlado un poco más. Lo siento —se disculpa Zayn mientras sale de la cama a la puerta del baño—. ¿Necesitas pastillas contra el dolor?

Dándome cuenta que estoy completamente desnuda, tiro la sábana sobre mi pecho y asiento.

—Sí, creo que ayudaría.

Sus labios se alzan en las esquinas mientras pasa un dedo por mi mejilla.

—¿Te estás sintiendo vergonzosa esta mañana?

—Tal vez. —Siento mis mejillas sonrojarse cuando baja la mirada.

La pasa sobre la sábana.

—No hay necesidad de serlo ya que he probado cada centímetro de tu piel.

—Y esa es la razón por la que exactamente siento vergüenza —contesto.

Reclama mi boca en un beso profundo pero breve antes de susurrar contra mi boca:

—No lo hagas por mí, pero tal vez te sentirías más cómoda si te pones algo de ropa. Las cosas que trajeron los de la mudanza de tu viejo apartamento están en el armario.

Dejo pasar su referencia al apartamento que comparto con las chicas, ya que ya ha dejado obvia su opinión sobre que yo regrese allí. Va a pagarme más de lo que he hecho cantando telegramas, así que mi plan es darle a las chicas mi parte de la renta mientras estoy aquí, así no pierdo mi lugar. Tan increíble cómo fue anoche, mi mayor miedo es que Zayn se dará cuenta de lo alejado que está de mi liga y me quedaré sin ningún lugar al que ir. No dejaré que eso me suceda.

Escuchando cerrarse el armario de las medicinas y abrir el agua, salgo apresuradamente de la cama y me dirijo al vestidor para ponerme una camisa y unas bragas antes de que Zayn regrese. Es extraño ver mis camisetas baratas colgando junto trajes que probablemente cuestan miles de dólares. Demonios, estoy bastante segura que tiene corbatas que cuestan más de lo que me he gastado en todo el contenido de mis maletas. Negándome a pensar demasiado en ello, rápidamente tomo una camisa y me la pongo. Pero me encuentro un inconveniente en mi plan cuando abro los cajones de un lado del armario donde Zayn colocó todas mis cosas y solo encuentro calcetines. No hay señal de mis sujetadores o bragas. Después de tomar un pantalón de pijama de una percha —es uy extraño encontrarlo colgado— regreso al dormitorio.

—Creo que los de la mudanza olvidaron algo.

—¿Como qué? —pregunta Zayn, entregándome un vaso de agua y un par de ibuprofenos.

Mi voz es poco más de un susurro cuando contesto: —Todos mis sujetadores y bragas.

—Cierto —dice alargando la palabra—. Sobre eso. 

Entrecierro los ojos.

—¿Sobre qué?

Se pasa la mano por el cabello y me lanza una sonrisa avergonzada.

MUZE ~ Zayn - GigiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora