Gravity. Dramione.

1. Primer año.

Caminaban todos ordenados en las filas que McGonagall les había indicado, iban emocionados y nerviosos, expectantes a los que les deparaba el futuro. Su recién y emocionante vida como alumnos y magos de Hogwarts, el mejor colegio de magia y hechicería, apenas comenzaba. 

—Es un hechizo para que parezca como el cielo de afuera, lo leí en Historia de Hogwarts —menciono una castaña algo despeinada para sí misma pero lo suficientemente alto para que otros la escucharan y voltearan a verla. La gran mayoría observaba el Gran Salón maravillados y extasiados por estar ahí,  excepto esa niña y un rubio, un rubio que observaba todo con gesto altivo y orgulloso. 

Una vez que a los niños recién llegados los colocaron delante de la mesa de todo el profesorado de Hogwarts, pusieron una silla frente a ellos y arriba de este un sombrero.

El sombrero comenzó a entonar una canción acerca de cada una de las casas para la que podías ser seleccionado: Gryffindor, para los valientes y osados; Ravenclaw, para los inteligentes e ingeniosos; Hufflepuff, para los leales y trabajadores, y Slytherin, para los astutos  y ambiciosos.

Uno a uno fueron llamando a los pequeños, hasta que subió aquel rubio con aires de grandeza y ni bien el sombrero toco su cabeza dio un veredicto: Slytherin. Al momento de bajar de la silla él noto a la pequeña castaña algo desaliñada que encabezaba los estudiantes faltantes por seleccionar.
Ambos se miraron por un instante,  lo suficiente para que él pudiera regodearse.

Ella lo observó y no vió nada especial. Tan sólo un chico presumido que quería llamar la atención, atención que consiguió de ella. Pero no por buenos motivos.
Esa pequeña odiaba que la mirarán como si supieran algo que ella no,  detestaba estar en la ignorancia. Y aquel chico la observaba como si fuera algo insignificante, pero ella no sabía que era justo como observaba a todo el mundo.

Luego de un rato, ella también fue llamada y seleccionada para una de las mejores casas: Gryffindor. Después también llego el chico pelirrojo con el que había hablado en el tren y seguido de él, el muy famoso Harry Potter, de quien había leído en distintos libros, como Grandes eventos mágicos del siglo XX. Y a quién también se había encontrado el tren junto a él.

La bienvenida a su casa fue calurosa y el inicio del banquete fue aún mejor. Aún con todo eso ella no pudo evitar desviar la mirada a aquel niño. El niño al sentir sus ojos sobre él, giro su cabeza y la vio dirigiendo su atención hacia su mesa. 

Por un momento vio lo despeinada que se encontraba y sonrió burlón, esa niña era un verdadero desastre, no sobreviviría una semana ahí. Ella, al ver su sonrisa creyó que estaba siendo amable, cuan equivocada estaba. Le devolvió la sonrisa y continuó cenando con los que, en un futuro serían sus mejores amigos.
Cuándo ella ya había dejado de ver hacia su lugar, él frunció el ceño, confundido. No pretendía ser amistoso con ella.

Aquel rubio luego de un rato, y distrayéndose con sus nuevos compañeros de casa, olvido el asunto y se dispuso a cenar. Disfrutando la que sería la primera de muchas cenas que tendría en Hogwarts.

Ambos comieron y bebieron a rebozar, luego de esto el director dio un discurso acerca del inicio de ciclo escolar y todos fueron a sus camas. Siendo este el inicio de otro ciclo escolar para muchos y el primero de aquellos chicos. Ambos fueron a dormir emocionados por lo que les deparaba su recién aventura en el mundo mágico. Aquellas historias que apenas comenzaban, y que sin saberlo, cambiarían lo que sería de sus vidas.

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¡Hola! Estoy emocionada por comenzar esta nueva historia. Me llamo Isabel, pero para ustedes puedo ser la tía Isa haha. Espero la historia les guste, me he inspirado en unos edits que hace poco descubrí. Siempre pensé: me encanta la pareja que pueden hacer y los vídeos, pero, ¿cómo hubiera sido si lo leyera? ¿Cómo sería leer Harry Potter pero con Dramione incluído? Esta historia nació a partir de unos simples vídeos, literalmente. 

Ordené un poco mis ideas y aquí estamos, en Gravity. Una historia que, espero, complete sus fantasías de shippeo. Sé que los primeros capítulos serán algo cortos pero, créanme, si los hago como quisiera no serían unas mil o dos mil palabras, sino hasta cuatro o cinco mil. A veces me explayo mucho escribiendo. Pero aquí considero que en el primer año no tengo tanto que escribir, si es que ellos apenas se conocen y ni una amistad sólida tienen, espero comprendan eso.

Nada me haría más feliz que votaran todos los capítulos y comentarán que les parece. Quiero que sigan el proceso de esta historia de la mano. Esto va incluso para las lectoras fantasmas. ¡Vamos, chicas! Con su voto es más que suficiente para demostrar que están presentes. Y de antemano, gracias. Gracias si es que decides guardar esta historia en tu biblioteca.

Sin más que decir, me despido. Sólo me resta avisarles que subo capítulo los lunes y jueves. 

Y voilà, las quiere,

 la tía Isa.