8. Mandrágoras lloronas.

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Draco.

Las vacaciones habían acabado y el segundo año ya empezaba. Era el primer día y estaba de buen humor. El estúpido de Potter no había venido en el tren sino en un auto. Un auto volador.

Por supuesto, el chisme se corrió cómo pólvora y algunos festejaban esto como una gran "proeza". Mientras que otros, como yo, disfrutábamos el saber que seguramente obtendrían un buen castigo por su acto. Claramente, Potter siempre quería obtener atención a costa de lo que fuese. 

Bajé al Gran Comedor acompañado de Crabbe y Goyle, una vez que llegué me senté con Blaise Zabini y Theodore Nott. A quiénes les había empezado a hablar a finales del año pasado.

Blaise era un chico de tez morena, cabello corto y ojos marrones. Me caía bien y era el único de mis 'amigos' con el que podía tener una conversación medianamente fluida. Mientras que, Theodore era alto, delgado y con tez blanca oliva. No solía hablar mucho y comúnmente lo podías hallar solo. Era algo solitario aunque hablábamos mucho en Pociones, en dónde este destacaba.

Saboreaba una taza de leche con chocolate y bizcochos cuando las primeras lechuzas se empezaron a divisar volando sobre nosotros. El correo había llegado.

Iba a tomar un pedazo más de bizcocho cuándo un paquete cayó frente a mí. Sonreí de lado. 

Mis padres todas las semanas enviaban alguna golosina o una carta ocasionalmente. Aunque esto lo hacia más mi madre. Mi padre siempre solía enviar sus saludos con ella. Pero, en el fondo, dudaba que verdaderamente lo hiciera. Lucius Malfoy no tenía tiempo para esas cosas, según él.

Al abrir el paquete me encontré con una envoltura roja, la rompí y dentro e ella se encontraban dulces en envolturas de colores amarillo, naranja y verdes. No sabía de donde provenían pero estos era verdaderamente deliciosos.

Al ver lo que me habían mandado Goyle intentó tomar uno pero aparté su mano de un golpe. No le compartiría de mis dulces a ese glotón. Sólo tenía una persona en mente para hacerlo. Granger.

En mi carta hacia ella le dije que quería que los probara. No mentía cuándo lo había escrito. Esperaba que lo pudiera hacer. 

Al recordar a mi recién amiga voltee hacia su mesa. Justo a tiempo para escuchar una voz estridente resonar por el comedor.

—...ROBAR EL AUTO, NO ME HABRÍA EXTRAÑADO QUE TE EXPULSARAN; ESPERA A QUE TE VEA, SUPONGO QUE NO TE HAS PARADO A PENSAR LO QUE SUFRIMOS TU PADRE Y YO CUANDO VIMOS QUE EL AUTO NO ESTABA... 

Intuía para quién debía ser ese vociferador al escuchar la voz femenina estallar. Esta vez Weasley la había hecho en grande. Crabbe, Goyle y yo soltamos una risa burlona. Nott se quedo en silencio ignorando los gritos y Blaise volteo los ojos fastidiado.

—...ESTA NOCHE LA CARTA DE DUMBLEDORE, CREÍ QUE TU PADRE SE MORÍA DE LA VERGÜENZA, NO TE HEMOS CRIADO PARA QUE TE COMPORTES ASÍ, HARRY Y TÚ PODRÍAN HABERSE MATADO...

Potter se mantuvo en silencio. Continúo engullendo su desayuno con pesar.

Dirigí mi vista a la chica a su lado. Se le notaba molesta, mantenía el ceño fruncido mientras leía un libro.

—...COMPLETAMENTE DISGUSTADO, EN EL TRABAJO DE TU PADRE ESTÁN HACIENDO INDAGACIONES, TODO POR CULPA TUYA, Y SI VUELVES A HACER OTRA, POR PEQUEÑA QUE SEA, TE SACAREMOS DEL COLEGIO.

Finalizó y el sobre explotó en pedazos para luego incinerarse, dejando caer cenizas sobre la mesa de los leones. Ante esto yo ya mantenía una sonrisa ladina que, dudaba, pudiera quitar en el día.

La castaña junto a ellos cerró su libro y susurro algo furiosa. Después de un momento, alzo su cabeza y me vió observarla. Mantuve el gesto en mi rostro y ella me lo devolvió, una pequeña sonrisa se empezaba a asomar en su cara cuándo alguien se sitúo frente a mi, tapándome la vista hacia su mesa.

Gravity. Dramione.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora