Capítulo 17: Leyendas.

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Leyendas.

Percy se encontraba solo sentado en la proa del barco, eran las tres de la mañana, todos estaban dormidos menos él, se levantó para observar la luna luego miro el licor que tenía en mano y decidió darle un trago, fácilmente podía verse que se había terminado media botella, pero eso no importaba, bueno a el no. Al ser hijo de Poseidón casi ningún alcohol podía afectarte ¿Por qué? Porque el alcohol era un líquido, para Percy tomar era como beber agua y eso es lo que más odiaba.

-Mamá...-dijo Percy para volver a sentarse, y recargarse en el barco, saco el collar que su madre le había dado antes de morir, un pequeño rubí azul unido a un simple cordón negro, el ojiverde suspiro.

-Es algo difícil ¿no?-Percy giro su vista y se encontró con Leo, el cual tenía el mismo semblante que él, el usuario del fuego se sentó al lado del nieto de Tártaro. Percy simplemente alzo la bebida para que Leo la tomara, el latino la tomo con calma, después de terminar la botella la tiraron por el borde de la nave, no se dijeron ninguna sola palabra, ambos sabían que hablar no serviría, solo dolería más, así que ahí se quedaron hasta que Morfeo los acogió en su reino, dándoles un sueño que quisieran que se volviera realidad.

Leo fue el primero en despertarse, aún estaba cansado, al parecer estaba amaneciendo, entonces miro al frente y pudo divisar a Jasón el cual estaba sentado del lado opuesto a ellos, desde que Hera lo había traído de vuelta se volvió un poco más arrogante de lo normal. A Leo no le caía bien Jasón, el observaba cada maldita mirada que el romano le echaba a su hermana. Entonces sintió como algo se movía y pudo ver a Percy despertando, Jasón se puso de pie y volvió a dentro del barco.

Ambos semidioses se pusieron de pie y miraron el horizonte y pudieron divisar una pequeña isla, de la cual resaltaba un enorme pilar.

-El pilar de Hércules-dijo Annabeth la cual acababa de salir de los camarotes del barco.

-Déjame adivinar, tenemos que pedirle que nos deje pasar-dijo Percy mientras estiraba sus brazos y ponía sus manos en su cabeza-Así es-dijo Annabeth mirando la isla.

Los tres semidioses regresaron adentro del barco, al comedor para ser más precisos, ahí se encontraron con el resto de los siete desayunando, Piper y Thalia se pararon rápido para ir al lado de Percy.

-Parece que tenemos un problema-dijo Annabeth mirándolos a todos-El pilar de Hércules, está debajo de nosotros y necesitamos permiso del dios para poder pasar-.

-La mejor opción sería ir yo-dijo Jasón mientras se ponía de pie-Ambos somos hijos de Júpiter, tal vez lo pueda convencer-.

Los semidioses no tuvieron problemas con eso, Leo aterrizo el Argo II y Jasón pudo bajar tranquilo, al llegar al pilar se encontró con un hombre vestido en toga, en sus hombros se encontraba atada la famosa piel del León de Nemea, en su mano derecha llevaba un antiguo mazo, con el cual había logrado grandes hazañas, su pelo era negro y sus ojos tenían el mismo color que el de Jasón y Thalia, un dominante azul eléctrico.

-Hércules-dijo Jasón haciendo una leve reverencia, pero el dios no lo miraba, miraba al barco en busca de alguien.

-Hermano-dijo Jasón haciendo que Hércules volteara a verlo-Necesitamos tu permiso para cruzar-el dios guardo silencio.

-No puedo dejarlos cruzar-dijo mientras los miraba-No así de fácil-Jasón lo miro, a que se refería el héroe más grande de todos los tiempos.

Dmc: Percy Jackson. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora