01.

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   Cersei

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   Cersei.

        Apenas abrió los ojos un solo pensamiento inundo su mente, sus hijos. Johanne, joffrey, Myrcella y el pequeño Tommen, ellos eran su vida, su mayor tesoro.

      La reina atravesó el umbral de la puerta que separaba sus aposentos del resto del castillo e instintivamente se dirigió hacia la habitación de Tommen, el pequeño se encontraba durmiendo cómodamente en la cuna hecha de plata con decoraciones de oro y placas de cobre, forrada con terciopelo, seda y tull con bordados de oro y de plata, arriba la figura de la madre sostienen un pequeño baldaquino sobre su delicada cabecita cubierta de mechones de oro, contempló por un instante esa escena para luego marcharse al cuarto de sus otros hijos, no sin antes cerrar la ventana de la cual provenía una suave brisa. "No vaya a ser que Tommen se enferme, es muy débil aun" pensó y abandonó la habitación.

    Johanne, Joffrey y Myrcella aún dormían así que prosiguió a ver a la septa encargada del cuidado de sus niñas para organizar las lecciones del día, luego fue en busca del instructor de Joffrey también para organizar sus prácticas diarias.

   —¿cansada?—  Oyo una voz muy familiar que provenía de la puerta de sus aposentos.

   — preocupada— respondió. Cersei vivía atormentada con la idea de que la vida de sus hijos peligraba en caso de que se supiera la verdad. Jaime la abrazó dulcemente al tiempo en que depositaba un hilo en besos a lo largo de su cuello.

   — Robert favorece demasiado a Johanne y joffrey me preguntó "porqué su padre lo odia"— dijo mientras daba un sorbo a la copa de vino que se encontraba sobre la mesa de su cuarto —. Siento que sospecha que los niños no son suyos... la sangre Baratheon es fuerte y temo que de cuenta que solo corre por las venas de Johanne...

    — oye... tranquila, tanto vino y golfas seguro atrofiaron su cerebro — agregó burlón. — además si el o alguien lo supieran tú, yo y los niños estaríamos muertos— concluyo antes de abandonar los aposentos de su gemela.

     Era cierto que su esposo no era muy inteligente  sin embargo las palabras de su hermano no le dieron paz. Tarde o temprano alguien iba a dudar del poco parecido que sus niños dorados tenían con Robert y si eso algún día pasaba ella tenia que estar lista para actuar.

    — ¡madre! —  la pensativa Lannister salió de su trance cuando oyó la dulce voz de su primogénita.  —¡ buenos días!

    — ¿que haces aquí Johanne? — preguntó con dulzura mientras le brindaba un cálido abrazo.

   — me gustaría que me peines antes de mis lecciones.

  — ¿que las sirvientas no han te cepillaron el cabello hoy?

   — si, pero me gusta cuando tu me trenzas el cabello —dijo la pequeña con una gran sonrisa.

   Cersei se dirigió a su tocador y tomó un delicado cepillo con adornado con pequeños rubíes dispuestos a lo largo del mango.

A LIONESS QUEEN -Game Of Thrones-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora