Our cruel world (Nuestro mundo cruel)

Capítulo 3: Camino al peligro

Farlan repartía el dinero que habían conseguido el día anterior.

-Toma Arcel, esto es tuyo. Derek... Y... Jan.

-¡Vaya! ¡No nos había tocado un botín como este desde hacia mucho!

-Sí... Me pregunto si ahorrando más podamos salir a la superficie.

-Tal vez por un día... Cada vez es más caro salir sin que te devuelvan a la ciudad...

-Me pregunto porqué lo hacen. Deberían dejarnos ver qué hay afuera.

-Gente tacaña, ya sabes.

Después de el último comentario, Farlan habló:

-Muy bien chicos... No es por correrlos pero Levi y yo limpiaremos este lugar.

-Arcel, Jan, es mejor que nos retiremos si queremos seguir con vida...

Los chicos lanzaron unas risas mientras bromeaban al momento que salían a excepción de Levi que se mantenía sereno.

-Bueno, bueno chicos. Nos vemos mañana para planear el próximo trabajo.

-¡Hasta mañana!

Levi empezaba a ponerse un pañuelo en su cabeza y tomaba otro para amarrarlo alrededor de su nariz y su boca.

-Sí que fue una gran paga ¿No crees, Levi?

-Sí. 

-Por cierto... Me enteré que unos comerciantes vendrán a vender unos costales de fruta. Mañana, cerca de el mirador.

-Hay que investigarlos bien y luego actuamos. No hay que cometer el mismo error.

-Sí...

Farlan tomó un trapo húmedo y comenzó a limpiar las estanterías con los platos y otros utensilios.

Levi abrió la ventana para ventilar la habitación cuando dirigió su mirada a una serie de personas que se mantenían hablando al leer, cada una, un papel con cierta información.

-¿Umm? ¿Por qué harán tanto alboroto.

Farlan volteó y después siguió su labor.

-Me parece que han habido muchas desapariciones de niñas pequeñas en la ciudad. Los rumores cuentan que también los ha habido en la superficie. Lo más seguro es que se trate de esos pervertidos asquerosos que esconden sus porquerías aquí... A nadie le interesa bajar a la ciudad a menos que sea para comerciar.

-Ya veo.

En ese momento, un recuerdo se le vino a la cabeza de Levi. Una niña de cabellos negros que lucía preocupada al ser transportada dentro de una carreta, yendo a un lugar incierto para él pero el cual terminó siendo un infierno para ella...

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Me sentía perdida...

Tenía mucho frío y hambre.

Sentía que ya no había vida alguna dentro de mí y para empeorar el asunto, la puerta se abrió, con ese hombre observándome con malicia y esperándome a que saliera para ser escoltada a la habitación de ese monstruo...

Antes de que tomaran mi brazo, un sujeto llegó corriendo a nuestro encuentro.

-¡Hoy no Kith! El señor Bullrich tiene un asunto que atender.

-Qué extraño, siempre se da el gusto todas las tardes sin que desee que lo interrumpan.

-Sí, pero esta vez no. Al parecer un grupo de criminales arrasó con la mayoría de sus comerciantes. Lo hicieron con los pasados que tenía. Cada vez más le cuesta convencerlos de que vengan aquí a venderle lo que se necesita para estas crías. Si no acaba con ellos pronto, lo más seguro es que no pueda mantenerlas a todas.