Our cruel world (Nuestro mundo cruel)

Capítulo 4: Dos caminos, un destino

Estaba durmiendo cuando escuché la puerta de mi celda siendo abierta.
A mis ojos les estaba costando trabajo abrirse cuando me levantaron forzosamente de mi cama.

¿Qué hora era?

Estaba perdiendo la noción del tiempo.

-Vamos, cerdita, hay que bañarse, que tu amo te pide a gritos desde la mañana.

Me llevaron cargando hasta el área de baño.

Miré a mi alrededor y no había nadie más que yo.

Luego de haber llegado hicieron que me desvistiera aunque yo no quería.

-¡Hazlo! Si no quieres llegar incompleta a la oficina de tu amo...

-Oe, pero si haces eso...

-SHHH.

Comenzaron a desvestirme a la fuerza y luego me llevaron a una de las tinas.

Fría...

Uno comenzó a tallarme la cabeza mientras que otro me enjabonaba el brazo.

-Puedo... Puedo hacerlo sola.

-Cállate cerdita que no hay tiempo.

-Sí, además lo estamos disfrutando...

El último se acercó a mi oído y no pude más que temblar.

Sólo quería que eso acabara.

No tenía ya esperanzas de que alguien pudiera rescatarme pero aún así quería correr, huir y alejarme de ese lugar para siempre.

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-Tsk, deja de moverte tanto.

-Yo... No... Sólo... No quiero volver...

-Si te mueves más, nos aseguraremos de que tu viaje con nosotros sea más largo ¿O no, Levi?

Mi mente estaba tan concentrada en lo que pudiera encontrarse en ese lugar para que tanto le aterrara a ese idiota.

-Oe, imbécil, dinos todo lo que sepas de ese tal Bullrich.

El tipo, comenzó a temblar nuevamente.

Tsk, maldita sea.

Tuve que darle una patada que hizo que se cayera y luego puse un pie en su cara.

-Que lo digas.

-¡Está bien! ¡Está bien! Bullrich es uno de los más ricos de Stohess y...

Le di una patada en su rostro que hizo que le tumbara otros dientes y lo tomé del cuello.

-No nos digas lo que ya sabemos.

-De acuerdo... De... Ah... El tipo es muy rudo, siempre carga una cuchilla consigo a un costado de su pantalón, su oficina está del primer pasillo a la derecha, en el fondo. Hay guardias por todos lados. En la entrada, en el primer pasillo y claramente, en la puerta de su oficina. No creo que puedan salir con...

Farlan le soltó un golpe esta vez.

-Muy bien, creo que ya sabemos lo que necesitamos ¿No es así Levi?

-Sí... Arcel, Derek. Ustedes estarán encargados de vigilar la entrada de su oficina cuando lleguemos; Jan, tú de la puerta principal junto con Farlan.

-¿Y tú, Levi? No puedes entrar tú solo... Deja que entre contigo.

Farlan era bueno y no dudaba en sus habilidades pero temía por la seguridad de Jan.