Regalo 《RM y Tú One Shot+18》

TU REGALO

Esta es mi primera historia, estoy a su cuidado. Espero les guste.

Pov narradora
Despertaste gracias al sonido de la alarma del celular de tu esposo, que por alguna razón estaba en tu mesa de noche, la apagaste y al ver la fecha casi das un grito por lo importante del día: San Valentín. Aunque para muchos era una fecha trivial, para ti era una oportunidad para consentir a tu esposo y ser consentida por él.

Una vez superado tu ataque de emoción silenciosa, te volteaste y con un tierno beso en la mejilla trataste de despertar a tu esposo, cuando eso no funcionó, bajaste tus besos por su cuello hasta su pecho desnudo (dormía solo con un pantalón cómodo), él se quejó un poco y abrió los ojos

- Si esos besos bajan un poco más... llegaré tarde al trabajo -dijo con una sonrisa pervertida y tono divertido, tú reíste.

- No tienes tanta suerte guapo -te levantaste guiñando el ojo.

Bajaste a la cocina, y preparaste el desayuno. Tú tenías día libre en el trabajo así que no te molestaba hacerlo. Mientras cocinabas, ideas sucias para la noche llegaban a ti, te vestías sexy para esperarlo y al llegar lo mimabas, se tocaban y gozaban uno del otro, una voz masculina y profunda te sacó de tus indecentes pensamientos. Ahí estaba él, Kim Namjoon, alto, ligeramente canela, en traje negro y sensual. Con un esposo así, quién no tendría ese tipo de fantasías?

- Amo tu comida y tal vez yo no sepa mucho de cocinar pero... si eso sigue sobre el fuego, va a quemarse -dijo apuntando a los huevos que preparabas.

Tú volviste a la realidad y con una risa nerviosa apagaste la llama de la cocina.

- Debo estar medio dormida -te excusaste sonriendo.

Acercándose a ti, te besó tiernamente en los labios y levantando una ceja te susurró - Te ayudo a despertar?

Sonreíste abiertamente con un ligero sonrojo - Desayuna y ve a trabajar, bobo. -claro que querías que te ayudase a despertar, pero ya saciarías tus ganas en la noche.

Ambos desayunaron y cuando terminó se despidió de ti con un beso dulce y se fue al trabajo. Al encontrarte sola en casa te cuestionaste si debías o no preparar una cena, ya conocías a tu esposo y era la clase de hombre que se pasa directo al postre (lo amabas por ello). No habrá cena.
Te quedaba tiempo de sobra hasta las 9:00 p.m. Te dedicaste a los que haceres de la casa, al terminar, tomaste una siesta, al despertar eran las 7:00 p.m, tomaste una ducha de 10 minutos, con dos horas de sobra te dispusiste a pensar qué usar para cuando tu querido esposo llegue, tenías lencería provocativa. Al ponerte un conjunto en extremo indecente cubriste tu sonrojada cara por pensar en lo que él te haría al verte vestida así.

Lo amo -fue lo que pensaste.

Aún te quedaba una hora, arreglaste un poco tu cabello y...qué frustrante era esperar!!
Faltan 5 minutos, tal vez debiste decirle que no llegue tarde, eso piensas. Tu corazón late como si acabaras de correr una maratón, el pecho te aprieta, respirar es pesado, pero se siente bien, muy bien. Las llaves fuera de la puerta resuenan, tomas una bata de dormir y te la pones para recibirlo como si no pasara nada, casi parece que se te olvidó la fecha, y con respecto a él, en verdad parece que se le olvidó. No importa, eso piensas, trabaja mucho y está estresado, de relajarlo te encargas tú, de complacerte, él.

Lo oyes entrar y vas a la sala de estar para recibirlo, él se ve algo cansado, pero te sonríe tan sinceramente que tus piernas flaquean, sus hoyuelos te llaman, esos tan ilegales que te seducen cada vez que hosa sonreír, lo abrazas y lo besas tiernamente, él rodea tu cintura son sus fuertes brazos, das un pequeño respingo y profundizas el beso, su lengua tan traviesa está en tu boca jugando con la tuya que es igual de traviesa. Se separan para respirar y juntan sus frentes, él sabe que estás parada en las puntas de tus pies así que inclina más su cabeza