Capítulo II: La granja.

2 0 0
                                    

Casi no pude dormir toda la noche pensando en lo que sucedió el día anterior, deseando que al cerrar los ojos escucharía a mi madre golpear la puerta y pedirnos que bajemos para ir a la escuela católica, intentando con todas mis fuerzas borrar de mi mente los gritos y sollozos de dolor de aquellos muchachos en el comedor, intentando no pensar que si me descubrían podría tener un destino peor que aquellos dos.

Mientras mi mente estaba envuelta en un mar de dudas y miedo, pasaron las horas y sin darme cuenta entraron por mi ventana los primeros rayos de luz y a su vez sonaron las campanadas, recostado en mi cama pensaba en mi niñez, cuando mi abuela y yo escuchábamos atentos el disfrute de las campanadas de la iglesia, dando aviso a la misa de los domingos; antes de que me abarcara más profundo en mis recuerdos, el sonido del golpeteó de mi puerta sonó, en seguida note en la esquina una tabla del suelo sobre salida del resto, la levante solo un poco para guardar mi collar, poniéndolo en un lugar seguro.

Unos segundos después guarde el mapa que había hecho la noche anterior, en mi bolsillo y salí al pasillo, en cuanto abrí la puerta note que un hombre con túnica negra tocaba una por una las puertas de las habitaciones para que saliéramos, todos salimos en grupo hacia el exterior de la cabaña, ya listos los 3 grupos esperábamos las ordenes que daría el padre Gavibael, en eso junto a mí se acerco Sitara preguntándome en voz baja,

Sitara:¿guardaste el crucifijo?

Micael: si

Sitara: espero que este escondido en un buen lugar,

En eso el padre Gavibael salió del grupo de hombres con túnica, llevando puesto un cíngulo blanco, una túnica negra y una estola blanca.

Gavibael: buenos días plebeyos míos hoy es un nuevo día, como cada día iremos todos al Conjunto, para brindar nuestros votos al señor y seguidamente pasaremos en grupos a cumplir las tareas del pueblo para vivir y agradecer un nuevo día.

Seguidamente fuimos en grupo al Conjunto, que estaba enfrente del pueblo, era una cabaña grande, de color blanco, y con una doble puerta de color madera oscuro; a su derecha había un sendero que parecía llevar a una granja a lo lejos, donde detrás de ella había en corrales animales de todo tipo y en medio había un corral más grande donde resaltaba un gran bulto negro; a la izquierda del conjunto había otro sendero donde se podía ver a lo lejos una pequeña cabaña y enfrente de esta un gran sembradío con muchos árboles y arbustos, pero lo que más resaltaba era un amplio terreno de maíz.

Unos metros antes de llegar al Conjunto, Sitara me hablo en voz baja,

Sitara: dentro del Conjunto tomaremos asiento y tu solo haz lo que los demás hagan, hincarte cuando debas y no hables cuando no se deba, también tendremos en algunas partes que hablar en la lengua que tu no conoces,

Micael: y ¿cómo hare en las partes donde no entienda?

Sitara: solo son cantos y oraciones, tu simplemente mueve la boca imitando que estás hablando, solo procura que no se note que no estás hablando,

Antes de que le contestase note como a unos 15 metros estaba Viris examinando lo que parecía una vaca muerta en el suelo cubierta de moscas y gusanos, Sitara se percato que la estaba viendo y antes de que me dijese ella algo le pregunte,

Micael: ¿qué hace?

Sitara: últimamente los animales mueren por razones desconocidas, algunos simplemente mueren, pero en cuestión de segundos están llenos de gusanos y moscas, mientras otros aparecen con grandes rasguños o destrozados como si un animal con gran mandíbula los hubiese atacado; ella es la encargada de la granja y de los animales.

Micael: ¿y qué hace enfrente de la vaca?

Sitara: intenta saber qué es lo que le pasa últimamente a los animales y dentro de poco se llevara la vaca lejos para quemarla,

La comunidad.Where stories live. Discover now