—¡Chat noir, necesitó que uses tu cataclismo!.—Gritó agitada la catarina mientras trataba de esquivar algunos golpes del akumatizado.—¡Chat noir, ahora!.
—Lo que tu digas, mi lady.—Sonrió coquetamente para acto seguido exclamar—¡Cataclismo!.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¡Ganamos!.—Dijeron al unísono los héroes mientras chocaban los puños.
El sonido proveniente de los aretes de ladybug los devolvieron a la realidad.
—Debes irte bugaboo, sé que es difícil para ti separarte de mi, pero no sufras, nos veremos en otra ocasión, adiós mi lady.—Finalizó el gato haciendo una reverencia para luego salir corriendo de allí.
Ladybug corrió hacía un callejón solitario llegando sólo un momento antes de que su transformación se desvaneciera.
—Uff eso estuvo cerca ¿No lo crees Tikki?.—Habló agitada la peliazul.
—Demasiado, debes de tener más cuidado Marinette, o alguien podría descubrir tu identidad.—Respondió el kwami a modo de regaño.
—Lo sé Tikki, no volverá a pasar, lo prometo.—Dijo levantando la mano simbolizando su compromiso.
El pequeño kwami volvió a su lugar en la bolsa de Marinette y esta última salió del callejón para luego dirigir sus pasos hasta su hogar.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Momentos antes en otro lugar...
Un jóven pelirrojo caminaba por las calles de París, hasta que llego a un lugar apartado, saco su cuaderno y se dispuso a dibujar los edificios.
—Este lugar es perfecto para dibujar y relajarme.—Suspiró.
El pelirrojo estaba tan inmerso en su mundo que no notó el caos que se formaba a sólo unas calles de allí, si no hasta que una chica de vestidura roja con motas negras apareció en su campo de visión.
—¿Ladybug?.—Preguntó para si mismo el parisino mientras avanzaba al lugar donde la había visto.
Nathaniel se acerco lo suficiente como para ver el momento exacto en el que ladybug volvía a su aspecto de civil.
—¿Marinette es ladybug? ¡No puedo creerlo! Ahora estoy completamente seguro de que es la chica más perfecta del mundo entero, le enviaré un mensaje diciéndole lo que sé, quizás así lograré que me conteste.
El chico de ojos turquesa saco su celular para enviarle un mensaje a Marinette.
—"¿Que tal Marinette? SÓLO QUIERO QUE SEPAS QUE te vi hoy, te veías realmente hermosa."
Al final el pelirrojo se había decidido por enviarle otra cosa, le pareció que sería de mal gusto si le dijera que sabía su secreto, quería que Marinette le contestará y que se fijara en él más que nada en el mundo, pero no quería lograrlo a base de chantajes, quería conquistarla, quería hacerla sentir especial, quería amarla y que ella lo amara también.
Después de esperar un rato, el resultado fue el mismo que el del día anterior.
—√√Visto, hoy 3:37 p.m.—Leyó Nathaniel en voz alta, el desánimo se metió por un instante en su mente, pero recordó lo que le dijo su padre sobre siempre esforzarse para lograr sus metas y que las mejores cosas no se conseguían de manera fácil, así que el pelirrojo sonrió con nuevos ánimos, su padre tenía razón, si quería conquistar a Marinette tendría que esforzarse.