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Después de eso los monstruos fueron libres y se asentaron en el bosque que estaba al lado del monte ebott. Allí construirían su nueva ciudad...

Los años pasaron y nuestros personajes no han cambiado mucho, excepto quizás por cierta protagonista. La pequeña frisk ya no era más una pequeña, se había convertido en toda una joven. Había crecido mucho y aunque su físico había cambiado bastante, seguía siendo la persona más amable del mundo. Sus amigos no podían creer que ya había cumplido los 19 y que ya viviera sola, sin duda alguna eso era un gran cambio.

Pero el que más estaba al pendiente de nuestra chica era cierto esqueleto amante del ketchup. Sans había quedado flechado desde el día en que la pequeña había usado su "nueva opción" en él, pero no se había atrevido a decírselo hasta ahora.

Mientras el amor crecía entre esta inusual pareja, otro personaje sale a la luz. Alphys, la aún científica real se había hecho siempre la misma pregunta desde ese día. Porqué ese botón apareció así de repente y porqué no funcionaba? Quizás tenía otra función a parte de conquistar y eso lo tenía que averiguar.

El dichoso botón no había desaparecido del tablero de la joven, aunque ella había dejado de usarlo seguía ahí. Año tras año tenía una revisión con alphys para ver cómo seguía lidiando con esa opción que ni siquiera servía.

Teniendo todo esto en cuenta la científica se puso a trabajar en su siguiente proyecto: encontrar la fuente de aquel extraño botón y sus funciones exactas.

Vivía con undyne en una casa perfecta, al menos para ella lo era. Afuera tenían un gran patio en donde por un lado habían muñecos de boxeo para los entrenamientos de undyne y un gran cobertizo que haría de laboratorio para alphys.

Llevaba ahí varias horas sin ningún resultado, quizás lo estaba haciendo todo mal. Quizás si modificaba un poco algunas cosas.... Bingo, encontró algo. No sabía qué era exactamente, pero de seguro sería clave para su objetivo. Haciendo unas pruebas más parecía ser que había dado con lo que aumentarían las hormonas, lo que sería el principio de todo sentimiento. Lo llamó el gen del amor. 

Todo estaba yendo bien el laboratorio, había podido replicar el gen con ayuda de unos virus que no eran peligrosos a la hora de manipularlos. Tenía cientos de copias del gen, pero un pequeño fallo lo hecho todo a perder....

¿En celo? - FransDonde viven las historias. Descúbrelo ahora