dilo como si lo sintieras

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Nos sentamos en unas sillas a un lado de la alberca, la familia seguía ahí; los padres en la mesa de al lado y los niños en la piscina, el sol comenzaba a ocultarse y molestaba en los ojos. Tom sacó su celular y yo hice lo mismo, unos minutos después me mostró la pantalla.

Elena Ruiz lo había seguido.

"Vaya, que bien" dije con poco entusiasmo.

Tom me miró.

"Lo de antes fue una broma, en serio me gustan más tus fotos" buscó mi manó y dejé que la agarrara "Eres un excelente fotógrafo"

Rodé los ojos y sonreí. Me soltó la mano sonriendo y volvió a su celular.

"Me mandó un mensaje" dijo y se sentó a mi lado "Me pide permiso para publicar nuestra foto" me mostró la pantalla.

Debajo del mensaje adjuntó nuestra fotografía. Era una buena foto y la edición la había hecho lucir más. Un mensaje nuevo apareció en la pantalla.

Sería después de la exposición
Me gustaría que fueran

Me miró con las cejas alzadas. Sonreí y asentí e inmediatamente se puso a escribir, dejó el celular en la mesa.

"¿Puedes creerlo? Tiene setenta mil seguidores" dijo emocionado "Ha viajado por el mundo fotografiando gente"

"Wow, impresionante"

Borró su sonrisa.

"¿Estás celoso?"

"¡No! Solo creo que le estás dando más importancia de la que tiene" se encogió de hombros "Solo es una pretenciosa fotógrafa en Instagram que nos tomó una foto y nos invita a una exposición"

Tom me miró un segundo, abrió la boca como para decir algo luego la cerró.

"Deberías hacer lo mismo" dijo Tom "Hacer una exposición; tienes el talento, los medios, el material... No pierdes nada" se puso de pie y caminó a la puerta.

Suspiré y lo seguí, lo alcancé a medio camino, antes de llegar al elevador y lo tomé de la mano para detenerlo.

"¿Por qué estás enojado?" Pregunté.

"No estoy enojado" dijo "Solo me frustra que estés celoso de Elena por hacer algo que tú también puedes hacer"

"No quiero ser como ella"

"Pero sí hacer lo que ella hace"

Lo solté y lo miré confundido.

"Tus fotos son increíbles, como fotógrafo eres atento a los detalles y sabes hacer sentir cómodos a tus modelos y favorecerlos, encuentras la belleza en todo y transmites emociones mediante una puta imagen con un filtro y millones de niñas de catorce años matarían por hacer lo que tú haces" dijo "Tienes el potencial para alcanzar la fama, o ¡Vaya! Solo vivir de lo que amas y no lo aprovechas" me tomó de las manos "Aprovéchalo ya o va a llegar un idiota un poco mejor que tú a arruinarlo todo"

Lo abracé. Sabía que lo necesitaba. Acaricié su nuca cuando sus brazos me rodearon.

"Creo que te amo" dije en su oído.

Rió a carcajadas y se separó de mi.

"¿Por qué te ríes?" Pregunté, severamente preocupado.

"Tu inseguridad me da risa" dijo "Dilo como si de verdad lo sintieras, Rex"

Reí.

"Te amo" me ganó.

"¿No es un poco apresurado?"

"Rex, nos conocemos desde los tres años" dijo severo "Me gustas desde los ocho y llevo semanas tratando de gustarte también, es todo menos apresurado"

Lo besé.

"Te amo"

Rió.

Amaba su risa.

Fuimos al cuarto, nos dimos una ducha rápida, cada uno a su tiempo, y nos acostamos a ver la televisión, Tom sentado con una taza de café y yo acostado. La película era alguna de Nicolas Cage. La exposición era mañana en la tarde y mañana por la mañana planeábamos ir a desayunar a alguno de esos restaurantes con terraza e ir al centro comercial.

La película era mala. Tom llevaba unos shorts deportivos que por la postura en la que estaba, se recogían un poco y dejaban expuestas de más sus piernas torneadas. Me acomodé de lado e hice dibujos en la piel de su muslo, volteó a verme desde arriba,  dejó su taza en el buró y se acostó también para besarme. Sabía a café, pero en él no me molestaba. Mis manos fueron a su cabello y las suyas a mi trasero. Nos sentamos en la cama sin dejar de besarnos y con cuidado le quité la playera. Me estiré al buró de mi lado de la cama y agarré mi cámara.

"¿Qué haces?" Preguntó.

Me alejé un poco y enfoqué la lente para fotografiarlo.

"Nada, no te preocupes" dije acercándome para besarlo de nuevo "Nadie las va a ver"

Me agarró del rostro y me acercó para besarme. Era casi imposible mantener mis labios quietos y finalmente los separé para darle espacio a su lengua. Labios, lengua, dientes; usamos todo. Me quité la playera y su boca fue a mi pecho, bajó hasta mis costillas y se devolvió a mi cuello, pero lo atraje a mis labios de nuevo. Lo acosté boca arriba en el colchón y me senté sobre él, lo besé más, mordiendo sus labios y dejando que perdiera sus dedos en mi cabello. Busqué con mi mano la cámara y me separé para fotografiarlo. Sus labios rojos e hinchados pasarían a un lugar especial de mi mente. Mis pulgares se anclaron al resorte de su shorts y lo jalé para deshacerme de él. Me jaló de los hombros para darme la vuelta dejándome abajo de él y seguir mordiendo mi pecho dejando marcas rojizas que desaparecerían para mañana. Me quitó la cámara y se paró en la cama para fotografiarme.

"Que sea equitativo" dijo ajustando la lente.

Lo tomé de los muslos y lo hice caer sobre mi. Jaló mi pantalonera hasta que la dejó en mis corvas y le ayudé para terminar de quitármela. Volvió a fotografiarme. El flash me hacía cerrar los ojos y cubrirme el rostro. Me besó y comenzó a frotarse sobre mi, mis manos en su trasero y mis pulgares jugando con el elástico de su ropa interior indicándole mi siguiente movimiento.

Me gustaba oírlo suspirar y sentir su respiración en mi cuello. También me gustaba oírlo gemir y gritar y la sensación cuando arañaba mi espalda. También me gustaba sentir su peso sobre mi y me gustaba que él se moviera como si me leyera el pensamiento. La cámara probablemente estaba llena de fotos de los dos que nadie vería jamás, pues lo hicimos dos veces, y una de ellas le di control total sobre mi y todas las fotos eran mías. Cosa que me preocupaba pues no tendría suficientes fotos de él.

Like Someone In LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora