The one with the baby

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Nota: Básicamente ignoró lo sucedido en Fantastic Beasts and the crimes of Grindelwald. I'm not even sorry.

La pequeña Eleonora Kowalski, o Nell, como la llamaban todos, se deslizaba por el piso de la mansión Scamander, con sus antebrazos sobre el suelo, la cadera levantada y con sus piecitos impulsandola. A su alrededor se encontraban cuatro pequeños nifflers y todos ellos estaban tratando de imitar a un niffler más grande, que los guiaba por la sala. Los padres y tíos de la niña los miraban enternecidos y risueños, intentando por todos los medios no estallar en carcajadas.

Helen y Perseus Scamander entraron a su sala para encontrarse con la graciosa escena y se acercaron a Theseus y una muy embarazada Leta para preguntarles qué estaba pasando.

-Pasa que tu hijo está loco, madre y entre una de sus tantas peculiaridades, está la de perseguir a Tina por todos lados... - la contestación de Theseus se vio interrumpida cuando una almohada se estampó contra su cara.

-Los pequeños están jugando, madre - le contestó Newt, sosteniendo otro proyectil.

-Moxxie dice que la cena está lista, así que a lavarse y vayamos a la mesa - fue lo único que Helen les respondió a sus hijos y se dirigió al comedor con una gran sonrisa en los labios. Adoraba tener la casa llena de gente y risas otra vez.

-Tina, querida, ¿podrías regresar a las pequeñas bombas del tiempo a su respectivo hábitat? - Perseus se dirigió a su nuera, señalando a las graciosas criaturas, que en ese momento se encontraban rodando en el piso con la pequeña niña tratando de soltar sus primeras carcajadas. - prefiero que alguien cualificado haga ese trabajo.

-¡Yo soy un magizoologo, padre! - le contestó Newt indignado y su padre sólo lo miró con una ceja levantada y un gesto de burla cariñosa y dio media vuelta para dirigirse al comedor.

Queenie trato de ahogar una carcajada detrás de la palma de su mano, tras ver los recuerdos de Perseus.

-Todos sabemos que tienes un lado suave con estos pequeños bravucones. - Le contestó Jacob mientras le daba una palmada en la espalda, para después cargar a su pequeña hija y dirigirse al comedor, justo detrás de una sonriente Queenie.

-No sufras, Newt. - Leta le dirigió una sonrisa, para intentar levantarse, con mucha dificultad, del sofá.

-Leta tiene razón, hermano. Tal vez Tina te deje ayudarla. - dijo Theseus, riéndose de su propio chiste.

Pero la risa desaparecido de los razgos de Theseus cuando Leta soltó un bufido de desesperación y le enterró el codo en las costillas, para después exigirle que la ayudará a levantarse del sofá.

Cuando ellos ya se dirigían al comedor, entre murmullos de molestia provenientes de Leta, y disculpas de Theseus; Tina ya tenía a todos los nifflers en sus brazos o bolsillos y se dirigía a la maleta de Newt para regresarlos a su hábitat.

-Tina. - le dijo Newt con voz lastimera y ella inmediatamente volteó a verlo, alarmada.

-¿Qué sucede, querido? - le preguntó acercándose a él.

-Adoro cuando me llamas así - Newt le tomo la cara entre las manos y plantó un dulce beso en la frente.

-Newt... - Tina soltó un suspiro y volteó la cara para poder besar la palma de la mano de su esposo.

-¿Me dejarías ayudarte a regresar a los nifflers?

Tina soltó una risita encantada ante el precioso puchero en la cara de Newt.

-No debes escuchar las burlas de Theseus, Newt. - Tina le besó suavemente la mejilla y le tendió los nifflers que sostenía entre los brazos - Todos tuyos.

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