Capítulo 6 *EDITADO*

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Esa noche no podía dormir, me quedaba pensando en la misión que se me otorgaría al cumplir los 18, aunque faltará mucho me emocionaba pensar en eso, mañana es viernes y solo tengo dos horas de clases muy temprano una a las 6:30 y la otra a las 7:25. Menos mal, porque planeaba hacer muchas cosas en la tarde.

Me acomodó hasta que quedo dormida.

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Suena el despertador, tengo mucho sueño pero es viernes y tengo que hacerlo.

Me doy un baño bien merecido, tomo unas galletas de chocolate y salgo hacia el transporte que se tarda cinco minutos en pasar.

Llego a la escuela algo temprano y en el salón no hay nadie, aprovecho para terminar un apunte que me falta, porque si no lo entrego, puede que el maestro se ponga de malas y se le ocurra reprobar a quien se le ponga en frente.
Comienzo haciendo mi resumen de historia. De repente un aire frio se cuela por la ventana, haciendo que mi cabello se mueva tapando mi vista. Me quedo en completo silencio, un silencio aterrador mientras que la ventana se mueve una y otra vez, haciendo que la puerta del salón se azote dejandome a adentro, espero que no esté con llave o algo.

Corro a la puerta e intento abrirla desesperadamente.

-¡Ayuda! ¡Se cerro la puerta! ¿Alguien tiene la llave?.-Pregunto mientras grito, pero al parecer nadie me escucha, es muy temprano, no creo que haya alguien por aquí.

Golpeó con mis manos fuertemente la puerta mientras forcejeó intentando abrirla.

-Mierda, ¿¡Alguien me escucha!?.-vuelvo a gritar lo doble de fuerte, pero nada.

-Tendré que usar mis poderes.-Me digo a mi misma y me concentro en la manija que está del otro lado de la puerta, pongo mi mano a centímetros de ella y cierro los ojos

-¡aaaaaa!-la cerradura es pesada, mi cicatriz toma vida haciendo que mi poder se intensifique. Sigo así hasta que se escucha un ¡clik! del otro lado y la puerta se abre golpeando mi frente y tirandome al suelo.

-¿Hola?......¡Oh¡ Perdón, no fue mi intención.-Una voz delgada y masculina se escucha entrar en el aula mientras se inclina hacia mí.

-No te preocupes.-Le digo a la voz tocandome la frente por el dolor del golpe, miro hacía arriba y me llevo una sorpresa, es Sandy que me extiende una mano para ayudar a levantarme.

-Te oí gritar, por eso vine.-Era el, el chico más popular ayudándome a levantar, sin sus seguidoras, ni su novia, solo el y esos ojos marrones hermosos. Jamás me imaginé estar frente a él, tal vez estoy exagerando pero no importa, porque en verdad estoy yo y él.

-Sí, es que se cerro la puerta, debió ser el aire.-balbuceo un poco nerviosa y me sacudo la posible tierra de mis pantalones.

-Oye, eso no se ve nada bien, ¿Quieres hielo para tu Moretón?-Me pregunta y señala la puerta, creo que quiere llevarme a la enfermería.

-No, no, así estoy bien, no te preocupes, no fue grave.-le digo, pero su mirada no es del todo convincente.

-¿Segura?, Me preocuparía si se te pone peor.-Esas últimas palabras hacen que casi muera por un segundo, ¡se está preocupando por mí!.

-No....no te preocupes, estaré bien, te lo aseguro.-aunque hubiera querido estar más con el decir eso hace que se despida.

-Bueno, ten más cuidado, ya me tengo que ir nos vemos......¿Wendy?-se despide con la mano y se va, un suspiro de enamoramiento sale. Y es que Ay.....él es tan guapo.

Pero la puerta del aula se abre de nuevo.-Ah, lo olvidaba, que bonitos pupilentes tienes, se ven muy reales.-me sonríe y vuelve a cerrar la puerta.

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