O18; No me sueltes.

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❝No quiero que tu mano vuelva a soltar la mía

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❝No quiero que tu mano vuelva a soltar la mía. No ahora que estás a mi lado.❞

Cuando Hongjoong escuchó aquellas palabras, sintió que se derrumbó

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Cuando Hongjoong escuchó aquellas palabras, sintió que se derrumbó.

¿Mingi se iba a casar? ¿Acaso había conocido a algún omega que había llamado su atención? No dejaba de temblar en ese mismo instante.

─Mi madre decidió que casarme y tener hijos era lo esencial y más ahora. Ella realmente desea que me casé y pueda tener hijos junto a un omega.

El pelirrojo no dejaba de mirarlo, sus ojos temblaban al igual que su cuerpo.

¿Acaso dios lo odiaba? ¿Por qué el amor para Hongjoong siempre había sido tan injusto?

─Así que te vas a casar... ¿quién es el afortunado? o ¿acaso es una omega?

─bueno, verás... es difícil de explicar.

Kim miró al alfa, viendo su cara que era hermosa, sus labios carnosos y apetecibles, su cuello que estaba casi descubierto debido a que se había desabrochado gran parte de la camisa blanca que tenía bajo ese traje. Sus lunares, sus ojitos. No podía dejar ir a esa persona. No hoy, no hoy que estaba a su lado.

No había esperado seis años para nada, no lo había esperado en vano.

Antes de que aquel alfa largará una palabra más de su boca, Hongjoong se arrojó arriba de él. Tumbando a éste sobre la cama, mientras el pequeño miraba fijamente sus ojos. Eran los ojos más bonitos que había visto. Su mano tocaron con su dedo pulgar los labios del más alto, sus carnosos labios eran tocados por la yema de sus dedos. No dudó ni un segundo, en aprisionar sus labios junto con los de él.

Sintiendo como su corazón latía de una manera agonizante. No iba dejarlo ir, no ahora que estaba junto a él. Quería hacerlo sentir bien, quería que no se olvidé de quién era Kim Hongjoong, y que toqué cada parte de su ser.

El omega comenzó a despojarse de su ropa, tirando toda prenda que se acoplaba a su pequeño y delicado cuerpo. A excepción de su ropa interior. Besos eran esparcidos por el cuello del alfa, aquellos suaves y finos labios besaban con vergüenza la piel del más alto. Unas manos se habían posicionado sobre la diminuta cintura del omega, haciendo presión. Parecía que ambos deseaban lo mismo. El contacto corporal, la calidez de sus cuerpos uniéndose para transformarse en uno.

Omega por equivocación ➸ MinJoong.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora