Capítulo II: Los espías

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El sol se alzaba rozando con sus rayos los árboles y entraba por la ventana de la habitación de Calh, la ventana estaba pegada a la cama lo que la luz le llego directamente a los ojos estorbándole el sueño y haciéndole despertar bruscamente. Calh no habia visto a su hermano hacia ya una semana, desde la asamblea, notaba algo extraño los últimos días, normalmente se veían a cada instante para hablar, pelear o cualquier cosa que se les venga para poder estar juntos.

Calh no paraba de pensar tambien en qué iba a hacer durante esos días en los que iba a estar con unos espías y buscando a alguien que ni sabían quien era, la duda cada día que pasaba le resultaba más y más pesada. Ya únicamente quedaban tres días según Kaliki para que los espías elfos que le iba a proporcionar llegasen y emprendiesen la marcha hacia una más que posible muerte. Calh pensó que sería importante empezar una cordial relación con los espías que lo acompañarían antes de emprender el viaje, y buscó a su padre para que le dijese el paradero de sus acompañantes. Findb sólo sabía el paradero de uno de los tres espías e inmediatamente se lo dijo, se encontraba en los establos, recién habia llegado del norte. Calh no dudo y salio hacia los establos para ver a uno de los espías que lo acompañarían. Al llegar, vio a un hombre de espaldas, robusto y vestido entre un peto de cuero, se esperó a que se diese la vuelta y dejase al caballo en una de las celdas para hablar con él.

- Bienvenido a Griald ¿Cómo te llamas? - preguntó Calh

- Dirial, mi señor. ¿A qué se debe tu visita? - dijo Dirial

- Aun no te lo han dicho, ¿verdad? Vendrás conmigo en una misión hacia la muerte - respondió Calh con una mueca de chiste. - Debemos investigar junto a otros dos espías quién o qué está detrás de esta columna de oscuridad.

Dirial se quedó sorprendido ante una bienvenida tan inesperada, prácticamente no se habia enterado de nada de lo que Calh había dicho. Emprendieron la marcha hacia la ciudadela, entraron a la sala en la que días atras se habían reunido para descansar después de comer el día de la asamblea. Se sentaron y esperaron a ver quien era el primero en hablar.

- ¿Dónde vivías antes de servir como espía de mi padre? - preguntó finalmente Calh, Dirial se quedó pensativo recordando lo que parecía tan lejano

- Hace ya mucho de eso, pero aún recuerdo cómo era, de sus montañas, sus árboles y su hierba fresca. Vivía en Gordfol, una gran ciudad en la que elfos y hombres comerciaban libremente todos los días y éramos felices. Pero como te he dicho, hace mucho de eso, ahora hay mucha tensión, el clamor en el Bosque Oscuro vuelve a atemorizar a los hombres - dijo Dirial

- ¿Temor en el Bosque Oscuro? ¿Cuéntame la historia? - preguntó Calh

- Hace largos siglos atrás, algunos elfos se adentraron en este bosque y de todos ellos sólo sobrevivió uno, Aridel, el que se conoce como el Líder de los Elfos Oscuros. Según cuenta la leyenda salió del bosque cubierto de sangre y se desfiguró y rasgó la cara él mismo mediante sus nuevos artes oscuros. Aridel llegó a Anor Asien enseñando las nuevas artes de las que disponía. Muchos elfos de allí le siguieron y aprendieron de su líder. - Hizo una pausa para sacar la pipa del interior los andrajos que llevaba, la encendió y le dio una calada mientras se disponía a seguir la historia, mientras Calh le miraba con impaciencia - Aridel convirtió Anor Asien, Templo de la Vida, en Anor Idel, Templo de la Muerte. Los elfos de los demás pueblos se enteraron de la traición de Aridel y mandaron asesinarlo. Muchos elfos murieron intentando matar a éste, solamente un único elfo se acercó lo suficiente como para intentar algo más, y efectivamente mató a Aridel, el guerrero elfo que lo consiguió fue Iridriel. Se hicieron frente en un duro combate a espada y magia. Después de muerto, los elfos oscuros campan de alli a aquí sin rumbo alguno esperando que llegue un nuevo líder. Y con esto llegamos a la actualidad, parece que las esperas de los elfos oscuros se han terminado, se han enterado de que Aranidil vive.

Calh, el Caballero Negro (sin revisar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora