Reminiscencia

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-¿Piensas en Mio?

-Sí.

-Yo también.

¿Y cómo no hacerlo? Si su sueño se desplegaba frente, debajo y alrededor de ellos. Acostados sobre la tierra fresca y húmeda de los arrozales, la vista hacia el cielo era rodeada de hierbas doradas que danzaban con el pasar del viento. Si Hyakkimaru cerraba los ojos y escuchaba con atención, podía oír el canto de Mio entre el zumbido que generaban los campos en su vaivén.

Hyakkimaru sonrió. Mío estaba feliz. Se le oía. Su mano tanteó y encontró la pequeña palma de Dororo. Ambos apretaron suavemente, mirando el cielo y escuchando a Mio.

Podían quedarse allí toda una vida. No tenían prisa, ni casi tristeza.

«REMINISCENCIA» [dororo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora