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La humedad en definitiva era alta ese día, un gran cambio a diferencia a como había estado toda la semana anterior e incluye los días que pasaron juntos. Parcialmente nublado era como siempre podrías divisar el día, haciendo más cómodos y frescos los chitones.

Quizás el mismo Ares estaría dando un paseo por las calles de Atenas, una explicación demasiado fantástica en cuestión para el clima pero divertida.

Lo cierto es que el calor sofocante y las ganas de salir de la cama estaban por los suelos.

Tener al menor acurrucado tiernamente sobre su pecho aspirando su aroma, con los mechones de cabello castaños desordenados e rizados mientras acariciaba suavemente su cuero cabelludo.

Las yemas de los delgados y largos dedos del chico recorrían las marcas de guerra que había por su estómago. Como si esas feas marcas que siempre detesto fueran lo más hermoso que jamás hubiera visto; trazaba líneas imaginarias formando bellas constelaciones. Un universo en un hombre que cada día le parecía perfecto, que cada día más le dolía que se acercaría su misión.

Ya había cambiado de planes, ciertamente en no se ensuciaría sus delicadas manos asesinándole. Pero si debería iniciar su plan para que se diera el fin del apogeo de la cuidad griega o "batalla de las Termópilas". Sin duda añoraría esos bellos momentos.

Primero debía de encargarse de eliminar a Shikla, esa prostituta no se iba interponer en sus planes; mucho menos en el futuro que se tenía planeado para su nación.

Suavemente Wade comenzó a llenar de besos su frente. Lo abrazo con más fuerza atrayendo su delgado cuerpo al suyo y procedió a besar sus mejillas con ternura.

-¿En que piensas?- el ateniense lo miro a los ojos.-

-Me gustaría que volviéramos a la plaza otra vez.- acarició la áspera piel de la mejilla del bronceado.- además creo que deberíamos hablar de Shikla... seriamente.- su semblante cambio a uno más serio pero igual de adormilado.

-Tenemos todo el día para esas cosas- separo su cara suavemente y susurro en su oído para después morder el lóbulo de este.-

-Sobre lo de mis amigos.. me gusta presentarte a Charles Xavier, estoy seguro de que le agradaras al instante.-

-Escuche algo acerca de el cuándo fuimos al teatro.- miro hacia ellos ojos del mayor y frunció un poco el ceño como si intentara recordar algo.- Que tenía algo con un tal Erik..

-¿Lehnsherr?.-

-Sí... también quería que preguntarte acerca de algo que me dijo Shikla.- sus hermosos ojos marrones se cristalizaron.-¿Enserio crees que soy un chico Material?.- las lágrimas brotaron con fuerza de sus lagrimales.

-No, Petey. ¿Cómo puedes decir algo así?- ahora estaba más que preocupado.-

-Ella dijo.- tartamudeo y se cortó los ojos dejándolos un poco más rojos.- qué solo te quería porque era un chico material.- volvió a romper en llanto.

-Tú y yo sabemos que no es así.- le volvió a abrazar frotando sus narices.- y con eso nos debe bastar.- le limpio las lágrimas y fue dejando suaves besos otra vez por las zonas mojadas.- no llores  más mi amor.

-Te amo.- soltó casi en un susurro que pensó que sería inaudible para el mayor.

Aveces la astucia del joven era más que sorpréndete, esa facilidad para mentir en un santiamén de manera tan relajada.

El Trato Griego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora