Suggar Baby [cancelada]

Parte 9

Una vez que llegamos nos encontramos con Yelena y un ejercito de robots quienes nos esperaban, baje de la moto y me encamine acercándome a ella con Jean y Lorna a mis espaldas —miren quien está aquí? Una viuda negra que no durará mucho... el Phoenix vino contigo que alegría. Sonrío de oreja a oreja y miro en busca de alguien más —que la chica castaña no vino? Es una lástima que tenga que ir por ella, no lo crees? Esas palabras me bastaron para comenzar una batalla con Yelena, Jean y Lorna se encargaban de los robots mientras que la pelea se intensificaba, me lanzaba sus mordidas las cuales terminaba esquivando para después lanzarle, logro esquivar una debido a que un robot se puso en su camino lo que hizo que se retorciera, la batalla comenzó a agrandar terreno por lo que mientras Yelena intentaba huir yo iba detrás de ella.
Terminamos luchando en las azoteas de dos edificios diferentes hasta que vi como salto hasta el que yo estaban.
—voy a volverme la única viuda negra
—para eso tendrás que matarme y sabes mejor que tu
—eso está por verse Natalia
—siempre e sido mejor que tu y lo sabes
Eso pareció la gota que colmó el vaso, Yelena estaba por aventarme de la azotea pero fui más lista que ella por lo que me abrace a ella y las dos comenzamos a caer.

Ante mis ojos vi la imagen de la primera vez que vi a Wanda, ella tenía puesta una de mis chaquetas lo que llevo a sonrojarse y debo admitir que siempre se ha visto hermosa así; después ambas en bandos diferentes durante la pelea en Alemania tras los acuerdos de Sokovia, minuto después ante mí apareció la imagen de ambas prófugas en Escocía, hacíamos muchas locuras juntas a que Tony nos pidió a todos volver ya que él había mandado a la mierda los acuerdos y esa vez me di cuenta de que todo en mi había cambiado para bien, Wanda significa todo para mi desde el incidente en Sokovia por culpa de ultron, la primera escena de sexo que tuvimos se reproduce en mi cabeza lo me hace recordar cada centímetro de su hermosa piel bajo el tacto de mis manos y de mis labios —NOOO!! reconocería ese asentó donde fuera, le pertenecía a mi hermosa Wanda, cuando me di cuenta la oscuridad, el dolor y el frío me invadieron.