XXXIII. La larga Espera

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"—Eres fuerte, mucho más de lo que piensas Stefan, puedo verlo, lo vi desde el primer día, cualquiera hubiera corrido lejos al verme, al vernos, pero no tú, aceptaste escucharnos, abrir tus ojos y oídos a la verdad, no nos jusgaste ciega mente, no...

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"—Eres fuerte, mucho más de lo que piensas Stefan, puedo verlo, lo vi desde el primer día, cualquiera hubiera corrido lejos al verme, al vernos, pero no tú, aceptaste escucharnos, abrir tus ojos y oídos a la verdad, no nos jusgaste ciega mente, nos diste el voto de fe, tu te quedaste ahí cuando otros no hubieran hecho lo mismo, eso requiere coraje.." La morena negó tomando suave mente el codo de el oji verde, Stefan se encontraba encarando la distancia desde el porche trasero, se había encontrado frecuentando tal espacio con el pasar de los días, sentir la fresca brisa helada colarse por sus mejillas, ver el destello de el sol sobre la recién caída nieve, le hacía querer pellizcarse cada vez pues aún parecía una imposibilidad soñada. Girando sobre sus pies, el menor Salvatore negó con una amarga expresión tensa. "No lo soy, yo..soy un cobarde..un maldito cobarde, Louisa, no, no sabes..lo que he hecho" Stefan despotrico con un fervor súbito que preocupó a la morena de ojos ambarinos, su hermoso rostro pálido se pinchó con angustia en segundos y cierta expresión molesta que le provocó a Stefan cierta confusión.

lo que he hecho" Stefan despotrico con un fervor súbito que preocupó a la morena de ojos ambarinos, su hermoso rostro pálido se pinchó con angustia en segundos y cierta expresión molesta que le provocó a Stefan cierta confusión

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"Ni si quiera te atrevas a finalizar esa oración, tu jamás podrías ser un cobarde Stefan, al contrario, eres mucho más valiente, lo he visto.." Louisa escupió mientras tomaba su rostro entre sus manos, un escalofríos recorrió el cuerpo de el castaño quien ahora había cerrado los ojos, sus labios parecían temblar débilmente cuando uno de sus finos dedos rozó la superficie rosada poco después, cada palabra se clavaba en su corazón como una estaca, lo que ella creía, lo que veía, era una ilusión. "Lo que vez es una fachada Lou, esto, ésto es un disfraz, mi her-todos, tienen razón, siempre que algo está bien..yo, entro en pánico, lo arruino, termino haciéndole daño a las personas que más quiero por mi egoísmo.." Susurró con voz trémula nuevamente abriendo los ojos, la hermosa vampiro frente a si no se había movido ni un centímetro, su rostro era un manto de serenidad pura, el menor Salvatore juraba no recordar haber visto tal expresión en su rostro hasta el momento. " por egoísmo te refieres a dar todo por proteger a los que amas entonces creo que estás muy equivocado en eso.." Comentó Louisa suavemente mientras acariciaba su rostro despacio, no entendía el por qué ó que había provocado tal reacción subita por su parte, aún que, sospechaba podía ser obra de Irina hasta cierto punto, no era un secreto qué la vampiresa risada no había detenido sus comentarios y claro desacuerdo por su presencia a cada momento que lograba encontrar la oportunidad de hacerlo.

𝐀𝐋𝐀𝐒𝐊𝐀| 𝐒𝐓𝐄𝐅𝐀𝐍 𝐒𝐀𝐋𝐕𝐀𝐓𝐎𝐑𝐄 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora