Something Unexpected » Seventeen

Capítulo 6

Nunca habría imaginado que volver a su país, a su casa fuese a entristecerla tanto. Pero cuando finalmente el avión aterrizó en la pista del aeropuerto de Incheon, Laura sintió como su corazón se rompía por completo, resquebrajando los últimos pilares que parecían mantenerlo en pie.

Alejarse de Nagoya implicaba dejar atrás todos aquellos preciosos momentos que había compartido con Wonwoo, dejar atrás todas las sonrisas, las confidencias, toda la felicidad y hacer como si nada de todo aquello hubiese ocurrido al cruzarse en la agencia, pretendiendo ser dos extraños.

Quizá en otro momento de su vida y con otra persona podría haber pensado que se había alejado de ella porque se había cansado, porque ya se había divertido suficiente con ella durante su estancia en el extranjero y ahora que tenían que volver a la vida real, ella sobraba. Pero no, era incapaz de pensar aquellas cosas horribles de Wonwoo, porque sabía que había llegado a tocar su alma, tanto como él lo había hecho con ella. 

Después de lo ocurrido con su amiga y la mirada que le había dedicado el líder del grupo, no le hizo falta mucho tiempo para darse cuenta del por qué había decidido tomar distancias con ella. Y la verdad es que aquello lo hacía todo más difícil pues alejarse de alguien a quien se ama nunca es fácil y menos aún si sientes que lo que te une a esa persona va más allá del amor, si sientes que lo que te une a ella es el propio destino.

Como acostumbraba la empresa, después de una estancia en el extranjero de tantos días, se les proporcionaba una semana de descanso. Durante ese tiempo Laura trató de mantener su cabeza ocupada, leyendo, pintando o incluso tocando el pequeño piano que tenía en su apartamento. Pero por más que lo intentase el dolor no se marchaba de su pecho, pues todo le recordaba a él y aquello terminaba desgastando la poca posibilidad que se mantenía intacta en su interior.

Cuando la semana tocaba a su fin, recibió una llamada repentina que la hizo dar un brinco del sofá para alcanzar el teléfono a toda prisa. Todas sus ilusiones se desvanecieron cuando descubrió que era su amiga Min quien la llamaba y no él. Tras unos minutos de charla, decidieron verse, no eran buenos momentos para ambas y quizá en compañía el peso de la tristeza se hiciese más liviano.

Aunque vivían un poco lejos la una de la otra, ahora que Min se había tenido que cambiar de apartamento, buscaron un acogedor bar a mitad de camino. Era la primera vez que se encontraban en meses y por ello al verse después de tanto tiempo, unas amplias sonrisas iluminaron sus rostros. Al principio hablaron de cosas triviales, pero a medida que el tiempo pasaba y el volumen de soju disminuía, la conversación se encaminó hacia temas más complicados.

— ¿Cómo está Seungcheol? — Preguntó su amiga con la tristeza plasmada en su voz.

Laura la miró por un segundo y se vio reflejada a sí misma. Odiaba llorar en público pero sus ojos habían comenzado a enrojecerse.

— Sé que no debería preguntar, lo hace todo más difícil pero...tan solo quiero saber cómo le va, si lo está haciendo bien... — Continuó Min tratando de justificarse.

— Está bien, no te preocupes, se le nota más animado al menos delante de los demás y no parece que tenga ningún problema de salud — Respondió la rubia tranquilizándola.

La morena sonrió de lado con una mezcla de tristeza y alivio mientras toqueteaba la botella de Soju perdida en sus pensamientos.

— Me alegro que esté bien, al menos uno de los dos lo está — Arrastró las palabras con dolor antes de quedarse en silencio.

Laura que no había podido dejar de mirar a su amiga como si se estuviese viendo a sí misma, no pudo evitar que aquellas palabras le doliesen profundamente, haciendo que las lágrimas comenzasen a brotar por sus mejillas. Durante aquella semana no había podido dejar de pensar en cómo se sentiría él, si lo estaría pasando tan mal como ella y aquello le partía el alma, pues no quería, ni podía imaginar aquellos preciosos ojos brillantes inundados de pena.