i. molesto

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"Vamos a casa, Yoongi"

La mirada fija del muchacho en el pañuelo que sostenía entre los dedos se levantó al escuchar la profunda voz llamándolo a centímetros. Le gustaba que la gente le dijera por su nombre, pero viniendo de la boca de su padre, todo sonaba distinto.

Todo sonaba repugnante.

Él asintió lentamente. Su expresión seca le dio a entender que no necesitaba de su falso interés o afecto.

Su madre había muerto días atrás, sus amigos quedarían a kilómetros de distancia, viviría en un lugar desconocido. Y lo último que necesitaba era la lástima del hombre que jamás quiso hacerse cargo de él.

De él y de todas las personas a su alrededor. No conocía a la mayoría, sus abuelos eran los únicos, y un par de primos lejanos que lograba reconocer entre los grupos de gente despidiéndose de su mamá.

Le pareció triste ver como tenía que ser la muerte lo que uniera a las personas.

Su padre se despidió de algunas personas, cuyos nombres Yoongi desconocía, luego, le guió hacia el auto. Él, de mala gana subió y cerró la puerta. Esperó a que su padre hiciera lo mismo.

Ambos se quedaron callados cuando encendió el vehiculo.

"Deberías ponerte el cinturón" le dijo con una voz suave y apenas audible.

Yoongi bufó y lo hizó.

"Hijo" dijo "Sé que en éste momento puede parecer que todo está mal, pero necesitas encontrar la manera de pensar positivo..."

"¡Estás quitándome lo único que tengo!" soltó el chico "En trece años no te apareces y cuando lo haces, me alejas de mis amigos e intentas actuar como si nada hubiera pasado. La única persona que me importaba realmente se fue para siempre y tu quieres hacerme creer que ella nunca estuvo. ¿Cuál es el lado positivo? Dímelo"

"Estás empezando una nueva vida. Harás nuevos amigos, tu y yo arreglarémos las cosas y..."

"Basta. No voy a seguir escuchando tus mentiras"

El silencio volvió a inundar el espacio.

"Si no avanzas ahora llegaremos cuando oscurezca" fue lo último que dijo Yoongi antes de girarse para mirar el cielo nublado por la ventana. La ira juntándose en su interior formando un nudo en la garganta fue la gota que derramó el vaso.

Al llorar se sentía débil. Intentó mantenerlo para el mismo y sus pensamientos, sus cabellos oscuros cubrían su rostro. Respiró profundamente para calmarse.

El tramo se hacía más extenso y todo lo malo se fue desvaneciendo cuando Yoongi cayó en un profundo sueño, que, por fortuna, duró las dos horas restantes del viaje.

Dió un salto cuando escuchó su nombre repitiéndose en un eco, que con el paso de los segundos, se fue haciendo más claro, hasta distinguir a su padre despertándolo e informando que habían llegado.

Levantó la cabeza, sentía que algo dentro de él iba a explotar. Sus ojos apenas podían abrirse y ardían, el clima estaba lluvioso y unas ligeras gotas de agua caían en la superficie del automóvil gris.

Tomó su mochila y abrió la puerta para bajar. Su padre se adelantó para tomar las maletas, Yoongi se dirigió hacia la entrada del edificio.

La calle tenía unas cuantas casas, pero no estaba completamente habitada. Todo estaba silencioso y tranquilo. Su padre vivía en un departamento en el segundo piso, de cinco que habían.

La entrada de la construcción pálida tenía un letrero.

Silver Sky Residencias.

Yoongi bufó al leer el nombre del lugar; parecería que su nuevo hogar era nada más y nada menos que una casa de asilo para ancianos.

"Está abierto" su padre avisó cargando las cosas y caminando hacia ella, Yoongi abrió la puerta y se encontró con un pequeño vestíbulo, en una pared se encontraban los timbres de los bloques y sus paneles de luz, más al fondo había dos puertas y del otro lado, escaleras.

Su padre lo guió por ellas hacia su bloque, él entró primero, se descubrió un amplio espacio, comedor, sala, dos habitaciones, cada una con su baño, un cuarto de lavado y cocina.

La habitación de Yoongi estaba pintada de un azul tan claro que apenas se distinguía en la luz, tenía un armario y un pequeño escritorio, y su cama estaba acomodada junto a la ventana, vagamente adornada por un cojín floreado-lleno de polvo y manchas- y un cobertor lila.

"Muy masculino" murmuró.

Después de acomodar algo de ropa en los cajones, se dio una ducha helada y antes de irse a dormir, se acercó a la sala, donde su padre escribía unas cosas- probablemente de su trabajo-.

"Hola" el hombre levantó la vista.

"¿Tienes wi-fi?" preguntó él sin expresión.

-¿Eso es internet?-

Natalie asintió, su padre sonrió levemente negando con la cabeza

-Trataré de contratar un paquete en cuanto termine este papeleo.

Ella suspiró y se giró para volver a su habitación

El siguiente día no fue mucho mejor. Por suerte, su padre la dejo dormir hasta tarde, y en todo el mediodía, no la interrumpio. Por fin parecía estar entendiendo que ella no estaba de humor para reconciliaciones.

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Heeeeeey

¿Qué opinan?

Decidí escribir hoy porque me han llegado varios votos y unos cuantos comentarios positivos, y pues me llegó la inspiración, creo que ya me estoy motivado hehe

y pues :) vi :) a :) 5sos :) y :) los :) odio :) mucho :) porque :) duró :) como :) dos :) minutos :)

nah, no los odio, pero todo fue tan hermoso y rápido y ayayuisddhslkfhgsdlk, son perfectos <3

Gracias por leer, las amooo.

the silent room // m.c.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora