El sonido alegre fue inundando cada centímetro de un espaciado ambiente, transmitiéndose visualmente por la pantalla plana de un televisor puesto contra una pared de ladrillos; casi perfectamente unidas unas con otras. El interior de aquel local, no poseía aquellos colores estridentes que solo se apreciaba en un negocio de comida rápida; por el contrario, eran de colores que permitía confort y tranquilidad al espíritu.
Tanto era así que incluso combinaba a la perfección con la personalidad de la gerente de aquel turno. La misma que en ese instante: se encontraba entretenidisima viendo a una de las empleadas trabajar arduamente, sin borrar aquel gesto aburrido de su curtida cara y motivando la aparición de una diminuta sonrisa.
Soy tan joven para ser el reemplazo de una madre, dictaminó para sus adentros ésta.
Enseguida el campo de visión se obstruyó, desde su posición. Por otra parte la chica de lacios cabellos color castaño oscuro se puso de espaldas a su observadora. Encorvando mejor la columna para albergar mejor cada extremo de aquella mesa con forma rectangular.
Su concentración estaba a un nivel tan optimo, que no escuchara la voz de la otra mujer, detrás de una larga barra de madera de pino negro y justamente cerca de la preciosa maquina registradora.
—Oye— Insistió la mujer, por segunda vez—. ¿Me escuchas?
La camarera detuvo cualquiera movimiento con el trapo, tardando unos segundos en cambiar de postura y le enfrentó con extrañeza. La recién llamada tenia el pelo atado a estas alturas con una coleta de caballo baja, cayéndole por encima del hombro y un flequillo largo que le tapaba los ojos. Eran contadas con los dedos, las veces que le llamaban la atención porque sí.
Tantas fueron las opciones que le carcomieron la mente, que no percibirá que el momento en que se le aproximó. Sosteniendo en una mano un vaso de café, tapado con la cubierta de plástico y sin rotular.
—Bébelo—le tendió el vaso de tamaño mediano, mostrando que tiene unas cutículas bien cuidadas y pintadas a base de un esmalte transparente y claro. Al no haber clientela a la redonda, sus lazos se hacia cercanos y no existía esa división de poderes entre patrón-empleada. Eventualmente, Young mi soltó un largo suspiro en resignación.
—¿Otra vez descuidando su salud?— le regañó, cruzando sus brazos por debajo del busto; y quitándose un peso imaginario puesto sobre los hombros—. ¿Se alimenta bien?
—¿No puedo mentir?—dijo ella—. Ya con sus cafés estoy totalmente inmunizada.
—¡Kaede!—le advirtió alzando un dedo, extrayendo una tela de un respaldo y envolviéndole el cuello con una bufanda. Al mismo tiempo, Young mi se le acerca más de la cuenta ocasionando que permaneciera muda y le estuviera por salir los ojos de las órbitas.
—Sus vibras energéticas se encuentran extrañas hoy—se lo susurró bajamente la coreana, inhalando profundo y relajando los músculos del rostro. Aplaudió varias veces con las palmas para incentivar a que mueva más el trasero — ¡Ve, trae a Mon ka! ¡Go, go!
Young mi terminó empleando un retintín entre cada silaba, regresando nuevamente a su puesto y dejando a Kaede con todas sus interrogantes a medio responder. Young mi, era como una gema andante en aquellos bellos tacones de color negro y un completo enigma en su mayor estado vivo.
En lo personal, no tendría que llamarle la atención ese detalle de ella y pasarlo por alto como los demás; pero en Young mi..¿Por qué se forzaba tanto en levantar una gran muralla para no conocer a otros? Le generaba al cuerpo esa sensación de estar frente a un callejón cerrado y que ella tiene que ocultar algo con mucha desesperación; como si de su vida dependiera de ello.
Kaede se desajustó el nudo del delantal negro entorno a su cintura, permaneciendo tan solo con el traje reglamentario y agarrando con cuidado el vaso de plástico que le trajo Young mi. Salió con bastante decisión al exterior del negocio, tomándose el suficiente tiempo para detenerse a propinar un sorbo, sentar en una silla de madera y dejando casi para lo ultimo el ir en busca del dichoso Mon Ka.
La brisa helada rozó la piel de las mejillas de Kaede, haciendo que cada uno de sus vellos se le pusieran en punta y recibiera lentamente unos cuantos escalofríos desde la punta de los dedos del pie hasta recorrer la envergadura de su espina dorsal. No conforme ésta imitara a la tortuga, ocultando su cuello como si tuviese en verdad un caparazón y envolviéndose mejor dentro de esa bufanda; que le había colocado a la fuerza Young mi.
Todavía conserva su calidez, pensó Kaede y echando un vistazo hacia un trozo de cielo estrellado. A causa de la contaminación lumínica, contemplar la majestuosidad de las estrellas se volvía en una tarea engorrosa y cansina. Algo que a muy pocos les parecía importar.
Un maullido cercano le despierta de la ensoñación, en el mismo instante que captara a un sujeto cruzando por la esquina con roja. Kaede siquiera se lo puso a asimilar. En cámara lenta se le irá la fuerza de los dedos, donde tuvo su café e impulsivamente desintegrara su figura hasta ser tan solo unas miles de partículas, flotando por encima de la corriente del aire.
Tras de lo que fue ella, se creara una pequeña nube, negra y densa. Que viajara en linea recta hacia una dirección en concreto.
. . .
Hola,
Finalmente pude subir este maldito capítulo ( si, si maldito ). ¿Qué les pareció Young mi y Kaede? Young mi es bastante rara, ¿no? Y sí, Kaede también tiene lo suyo. Obviamente, son sus primeras apariciones y no tengo más para agregar (al menos de momento). Bueno. No me voy a extender demasiado en esto, quise acción y la tuve en menos de un segundo (lo sentía necesario). En fin espero que les guste el capitulo, comenten y voten también.
PD: Kaede tiene el físico de Nana Komatsu y Young mi tiene el de Aileen.
Dedicatorias: Lulilittledoll y Twonmin
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《Orion》G-dragon
Tajemnica / Thriller《 Conocerla fue como sentir toda la fuerza del mismísimo Bing Bang contra su pecho. Su obsesión porque sepa de su existencia, lo llevará a cometer cosas inimaginables y volver al tiempo un terrible Orion de su misteriosa galaxia. 》 ~ Tipo: Heterose...