Capitulo once: La dulce recompensa

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-En la cocina de la casa de Keiko entraba Megumi, aun en pijama, se veía aun muy limpia y atractiva, a pesar de estar recién levantada, al entrar vio a Keiko, ella estaba con su uniforme y un delantal, ella se veía muy feliz mientras cocinaba, parecía que estaba preparando su almuerzo pero había una caja envuelta en una tela azul, Megumi sonrió y se sentó frente a la caja.

-Hermanita.. hoy tienes un gran apetito ¿No sera que Ren y tu están ocultando algo o si? -Dijo Megumi a modo de burla y fastidio.

-¡Tonta!... Ese es un almuerzo especial para Kuroiwa y jamas podríamos hacer algo así -Dijo Keiko con una expresión muy seria.

-¿Por que siempre que hablamos sobre Ren, lo llamas por su apellido? -Pregunto Megumi jugando con uno de las partes del nudo de la tela azul.

-Es solo que... No hagas preguntas raras, ni deduzcas cosas raras -Dijo Keiko y recordó lo que Ren le dijo.

-Parece que alguien piensa en su novio, bueno, yo me voy al instituto, no llegues tarde y recuerda que hoy solo vamos medio día y esta noche es el concurso -Dijo Megumi saliendo de la casa.

-¡¿Como lo sabes?! -Pregunto Keiko a gritos sorprendida, viendo a su hermana poniéndose el uniforme en la sala.

-Esta en el calendario de la sala... Tonta -Dijo Megumi saliendo de la casa.

-Después de un rato al llegar al instituto, Keiko estaba algo nerviosa en su cabeza le atormentaba la idea de que tal vez ella aun no quería a Ren por quien es, ella solo estaba parada en el auditorio, viendo al director dar el discurso de cierre, todos los alumnos estaban hay, Keiko veía justo a unos metros de ella a el chico de cuarto, el idiota que le rompió el corazón, al verlo solo pensaba en Ren, ella notaba que al pensar en el, todo lo malo se le olvidaba y podía volver a ser ella misma.

-Después de un rato en su salón, todos los chicos se veían felices, algunos reunidos haciendo planes para pasar las vacaciones de invierno juntos, algunas chicas tenían chaquetas, guantes y bufandas, Keiko se levanto de su lugar con su suéter gris oscuro, se volteo a ver el lugar de Ren, ella se sorprendió al encontrarlo vació, ella estaba algo desconcertada pero recordó un rumor extraño de hace un año, sobre un raro estudiante que se la pasaba en el techo cuando se acercaba el invierno, al subir por una escalera con las dos cajas de almuerzos en vueltas por telas, una de un color azul muy claro y la otra por una tela rosa, ella abrió la puerta de la azotea, al sentir la briza fría, vio justo ahí acostado en el suelo Ren, el parecía estar suspirando generando un poco de vapor por el aire frió.

-El cielo celeste, las nubes blancas, la dulce sensación del frió del ambiente en mi cuerpo, extrañaba esta dulce sensación, al respirar, veo como el vapor sale de mi boca, entre cierro los ojos, feliz por pensar que a partir de hoy, soy libre de las presiones, algo paso, mis audífonos parece que se apagaron, al abrir los ojos, veo ese destello amarillo de su cabello, sus ojos azules oscuros, ¿Estoy soñando?, me pregunto por instantes pero al ver su sonrisa, se que ella en verdad trae felicidad a mi vida, esta justo sobre mi y se que jamas podre escapar de ella.

-¿Por que no me dijiste que vendrías aquí? -Pregunto Keiko de pie viendo al cielo.

-Este es un pequeño edén, que solo disfruto por pocos días al año y espero puedas perdonarme -Dijo Ren aun estando en el suelo.

-Keiko se acostó justo a su lado, Ren ya no sentía mas frió, su cuerpo estaba con un ligero calor en su cuerpo, Keiko solo veía a Ren, el sonreía viendo al cielo, Keiko se preguntaba que pasaba en su cabeza, vio la mano de Ren, estaba extendida, sola ahí en el suelo por momentos, Keiko piensa en tomarla, al acercarse Ren junto sus manos frente a su boca, soplo en sus manos por el frió y se levanto, "¿Que te parece si entramos?" Pregunto Ren agitándose para mantener el calor, Keiko lo siguió, al entrar al instituto, Keiko seguía viendo la mano de Ren, la idea de tomar su mano era lo único, que pasaba por su cabeza en ese momento, Ren solo caminaba sin percatarse de lo que pasaba, al ver a Keiko, Ren se dio cuenta de las dos cajas de almuerzo y ríe un poco.

Sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora