Capitulo 3

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Mia.

Tener hambre y estar en una casa desconocida es un gran problema. Mas cuando no sabes cual es tu situación. La verdad no se cual es la mía en estos momentos, no se si sigo siendo rehén o tengo libertad de andar por la casa.

Me acerco a la puerta y giro el pomo, un sentimiento de alivio me embarga en cuanto la puerta se abre con facilidad. Internamente bailo de felicidad mientras salgo al pasillo justamente chocando con alguien.

- Deberías tener mas cuidado - dice Alek...mi captor frunciendo el ceño frente a mi.

Lo observo y Dios mio. ¡Este hombre esta para comerlo! Acepto que anoche con su traje se le notaba que tenia músculos, pero madre mía definitivamente me quede corta. Ahora teniéndolo frente a mi, sin camisa y solo con un pantalón de chándal colgando de sus caderas, puedo notar sus muy definidos músculos. Debe ser imposible tener unos abdominales tan marcados como los suyos, sus brazos abultados serian perfectos para un abrazo y esa linea V de sus caderas provoca... ¡Alto Mia concéntrate! el es el secuestrador y debo tener eso claro.

- ¿Ves algo que te guste? - inquiere sonriendo atrapándome viéndolo detenidamente.

Ruedo los ojos ante su comentario - Ya quisieras.

- Ajá - se burla agrandando su sonrisa.

Tiene linda sonrisa ¡PARA!

- ¿Puedo salir de mi cuarto? - pregunto viendo como una gota de agua cae por su pecho .

- Por supuesto - dice su voz ronca - también eres libre de irte en cualquier momento - desvió mi mirada de la pequeña gota para verlo incrédula mientras una sonrisa crece en mi rostro.

- ¿De verdad? - digo emocionada.

-Si - asiente - pero primero, me gustaría ofrecerte un trato que nos beneficiara a ambos - dice sacándome de mi burbuja de felicidad - acompáñame.

Pasa por mi lado hacia el largo pasillo que da a las escaleras. Ruedo los ojos y lo sigo hasta la planta baja en cada momento deleitándome de los muy marcados músculos de su espalda. Este tipo definitivamente debe consumir Esteroides.

Entramos en lo que parece ser su despacho, es un ambiente cálido los muebles blancos combinan a la perfección con el gran escritorio de roble, un estante lleno de libros cubre la pared detrás del escritorio. Las paredes blancas le dan un toque de sofisticasion junto con la poca decoración que le da un estilo antiguo.

Se sienta detrás de su enorme escritorio y me hace una ceña para que haga lo mismo. No muy convencida tomo asiento en una de las dos sillas frente al escritorio, remuevo mis manos nerviosa en mi regazo mientras que el solo se limita a observarme. Me observa de arriba abajo una y otra vez como si estuviera buscando algo en mi. Luego de lo que parecen horas simplemente desvía su mirada hacia el techo suspirando.

-Necesito un favor - dice sus palabras chocando me.

-Disculpe, ¿Pero que puede necesitar de mi que no pueda conseguir usted mismo? - digo sin entender, este hombre se nota que esta nadando en dinero, yo solo soy una pobre chica de chicago.

Sus peculiares ojos se clavan en los míos - Necesito una esposa.

El shock y la sorpresa me inundan. La verdad es que esperaba que me pidiera cualquier cosa pero esto?. JAMÁS. Una risa se me escapa, este tipo debe estar de coña. ¿Quien en su sano juicio le pide a una desconocida que se case con él?, Es ilógico.

-Alguien muy desesperado que sabe que eres una buena persona- dice respondiendo a mí dilema metal.

- ¿Lo dije en voz alta? - cuando asiente me remuevo aún más incómoda en la silla.

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