Cada día que tenía trataba de hacer algo nuevo. Cambiar mi rutina, hacerla más ocupada de lo que normalmente es, más productiva y divertida. Hice todo lo posible para tener la mente ocupada y enfocada solamente en lo que hacía.
Cuando esa semana por fin pasó, realmente si me sentí mucho mejor. Mi mente estaba despejada, ya no pensaba en ella. Estaba lista para ver las modelos y trabajar con ellas.
Con una sonrisa y emoción, algo no había tenido en meses, me dirigí a mi estudio. Renjun esperaba afuera con dos cafés en sus manos. Pronto bajé de mi auto para abrirle.
—Buenos días señor Jungwoo ¿Descanso bien?— Renjun dijo mientras entraba.
Lo seguí mientras encendía las luces —Descansé muy bien, ¿y tu? ¿Qué hiciste durante la semana?—
—No mucho, nomás ir a la escuela en las tardes y de ahí en fuera nada— Renjun empezó a acomodar las luces y el fondo.
—Que bueno que sigas estudiando— Sonreí y seguimos acomodando todo para el trabajo de hoy en silencio.
Pronto llegaron las modelos, me preocupé cuando las vi. No sentí nada, no como antes solía sentir al verlas y saber que eran todas mías. Pero seguí sin decir algo, mis nervios no me quitaban la emoción que había acumulado por tomar fotos.
Al final de todo eso, con Renjun, me dirigí hacia la oficina de Kun. Me iba a reportar y decirle que me había servido el descanso.
Renjun y yo esperábamos afuera de la oficina con calma para nuestro turno. Platicaba con él sobre lo que se me venía a la mente. Mientras que el me respondía mi mente se distrajo, gracias a ella.
La seguí con mi mirada, cargaba varías cafés y varias hojas. Caminó por nosotros sin fijarse a sus lados, al parecer, nada le llamaba la atención a esta mujer. Siempre lograba hacerme sentir como una hormiga, tan pequeño que ni se notaba.
La recepcionista nos dijo que podíamos entrar y pronto me puse de pie, me aseguré llegar antes que ___ para poder abrirle la puerta. Ella se detuvo frente la puerta y me vio, por fin se fijó en mi. Sonrió y dijo gracias antes de proceder con su trayecto al escritorio de Kun.
Renjun entró después de ella y yo entré al último.
En todo el rato que estuvimos frente Kun, no presté mucha atención. Mi mente regresó a tenerla presente en cada pensamiento que tenía. Lo único que tuve claro al salir de su oficina fue que Kun estaba feliz conmigo.
Cuando salimos, mientras charlaba con Renjun, vi desde la esquina de mi ojo a ___ con su bolsa, parecía que ya se iba a casa. En ese instante me despedí de Renjun y lo dejé donde sea que estábamos. Seguí a ___ hasta el estacionamiento. La vi buscando a su carro, así que yo hice lo mismo.
Estando ya los dos en nuestros carros, la seguí. Manejé detrás de ella hasta llegar a una casa, inferí que era de ella.
Abrió la puerta y entró, fue entonces cuando confirmé que era de ella. Con calma esperé dentro, realmente no sé a qué esperaba. Los minutos pasaron y me desesperé, así que me bajé del carro y me acerqué a la casa. Iba a tocar la puerta pero cancelé la intención. Ahora si no tenía nada de excusas por estar frente su casa.
Me asomé por el cristal de la puerta y tuve una vista de adentro. La televisión, de lo que aparentaba ser la sala, estaba encendida. Más o menos pude ver dos cabezas por el sillón, uno tenia el mismo color de cabello que ___ y se recargaba sobre los hombros de la otra cabeza ¿Tenía novio?
Un poco molesto me regresé a mi carro y me quedé ahí pensando.
No tuve que esperar tanto en el carro para que pronto saliera un hombre de la casa de ___. Yo, sin pensar en mis acciones, me escondí detrás del volante. Me aseguré de aún tener mi vista en él. Encendí mi carro cuando desapareció de mis ojos y lo seguí a un bar.
Entré y me aseguré de casualmente sentarme a su lado.
—Buenas noches— Dije al tomar lugar a su lado. Puse mis codos sobre la barra y mi cabeza la recargué sobre mi mano. Dirigí mis ojos hacia él y con una sonrisa dije —Lo que él haya pedido, yo también— Ordené y lo señalé con mi cabeza.
Observé como él tomaba en silencio. A simple vista, podía ver que tipo de persona era pero eso no era suficiente para mi. Tenía que saber más sobre él, tenía que averiguar que era para ___ ¿Cómo le sacaba esa información?
Mi bebida pronto llegó, tomé un pequeño trago —¿Día largo?— Dije con mi mirada dirigida hacia él.
Él tomó un trago y me volteó a ver. Sus codos sobre la barra haciendo que sus hombros estén un poco alzados, su cabeza se mantuvo viendo hacia él suelo y su mano jugaba con el pequeño vaso de su trago —Si...— Dijo con brevedad.
—Se nota— Alejé mi vista de él, ¿qué hacía ahora? ¿qué le decía ahora? ¿cómo le hacía para mantener esta conversación viva?
Decidí verlo un poco más. Analizar su aspecto, averiguar lo más que podía con solamente su físico. En menos de tres minutos deduje que tenía un tipo de uniforme debajo de su chaqueta, desafortunadamente no podía ver de que era el logo. También supe que era muy probable que no era un hombre tan limpio o por lo menos que no cuidaba de su aspecto físico, dado a su figura y aseo personal. Su barba no estaba muy larga pero tampoco bien cuidada, sus manos tenían manchas negras, su camisa tenía una mancha de lo que pensaba ser salsa de espagueti, sus jeans estaban rotos y tenían tierra y sus zapatos les faltaba un boleada.
¿Ahora qué?
Miré alrededor, buscaba un tema de conversación, una que no sea tan inusual. Mis ojos rodearon por el perímetro hasta por fin toparme con la televisión arriba de nosotros. Había un partido de fútbol puesto, algo tan común. Asumí que probablemente no le interesaba mucho el fútbol dado a que él no estaba poniendo atención, pero aún así, lo utilicé como excusa de hablar con él.
—Ah... no sé por quien irle a...— Tomé un trago —¿Tu? ¿Le vas a alguien?—
—No, no soy fan de fútbol— Se pasó un trago. Lo sabía.
—Entonces, ¿de qué eres fan?—
¡Por fin! Lo había logrado, estaba obteniendo su atención lentamente. Él fue dirigiendo su cuerpo hacia mi, le sacaba más detalles de él y por último me empezó hablar de su vida personal.
Se llamaba Lucas, ___ y él habían sido novios por 4 años, se habían conocido en la universidad. Ahora ellos viven juntos, ella trabaja como asistente del señor Kun y él trabajaba como mecánico.
Hice mi mejor esfuerzo para irme incluyendo más en su vida, pronto él me presentó a ___ como uno de sus amigos. Ella, claramente, se sorprendió al saber que era yo. Poco a poco fui agarrando la confianza de ambos.
Claro que nunca me enfoque completamente en Lucas. Cada tarde o cada vez que me encontraba desocupado, buscaba a ___. La seguía, espiaba, la cuidaba desde de lejos, quería saber todo de ella. Veía cada acción que hacía, cada expresión que reflejaba por su cara, cada persona que conocía. Siempre me llevaba mi cámara, trataba de captarla en sus mejores momentos para luego mirarlas y apreciar la belleza de ___ cuando no la tenía presente.
Pero yo era ambicioso. Cada noche, cuando me sentaba para analizar el físico de ___, sentía la necesidad de tenerla presente a mi lado. No me bastaba tenerla en papel, sin poder tocarla, sin poder conversar con ella, sin que cambiara de muecas, inerte. Algo tenía que hacer pronto, algo rápido. El problema de esto era, ¿cómo?