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—Come más, ¿o no te gustó?—Dijo ___ mientras cenábamos, yo sostenía el tenedor a medio aire de mi plato. Mi mente estaba en otro lado.

—¿Mande? Perdón, me encantan—Sacudí mi cabeza, sonreí y comí todo en mi plato.

—¿Algo pasó hoy?— ___ me agarró de mi brazo cuando me paré con mi plato vació.

—Nada en absoluto— Sonreí para no preocuparla. Mi mente se preocupaba por todo.

El día siguiente hice un sobre con el dinero, estaba listo para entregarle los 5 mil que me había pedido. Esperé en el mismo lugar que hice ayer y también la siguiente semana. Había completado lo que me pidió.

—¡Jungwoo! ¿Cómo has estado?— Ten dijo al llegar.

—Bien... toma, esto ya es lo ultimo— Le extendí mi brazo con el sobre de 5,000. Con su mano derecha lo recibió.

—Perfecto, gracias— Dijo después de revisar la cantidad.

—Bueno, fue un gusto conocerte, hasta luego— Me puse de pie y giré hacia la dirección opuesta de él, listo para irme de ahí.

—Ok, nos vemos la siguiente semana, ¡no se te olvidé!— Ten gritó antes de irme.

Me detuve y regresé con él —¡¿Qué?! ¿La siguiente semana? ¿Para qué?—

—Pues para los 5 mil, ¿pensaste que con 10 mil me conformaba?— Ten se burló.

—Tuvimos un trato, era 10,000 nomas— Estaba molesto

—Yo nunca te dije que nomas 10 mil, así que, te veo en una semana—Ten le chifló a un taxi y antes de subirse me sonrió.

Corrí hacia mi carro y lo encendí lo más pronto que pude. Tenía que alcanzarlo. Pero una vez estando en la carretera, no sabía que taxi era el de él. Habían varios, ¿cómo iba a saber el de él?

Me rendí y regresé a casa. Frustrado, cené lo más rápido posible y me apuré en encerrarme dentro de mi oficina. Pensaba en como deshacerme de él. No podía esclavizarme, tenía que tomar acción. Era demasiado dinero para ocultar mi secreto.

Entonces, para la siguiente semana, regresé a donde él siempre me veía. Esta vez llegué unos cuantos minutos tarde a propósito. Ten se enojó pero le dije que había trafico, actué preocupado y asustado para que creyera que nunca lo haría a propósito. Se realizó lo de siempre pero esta vez, cuando él pidió taxi, se quedó atorado por tantos carros. Él siempre escogía la hora perfecta en que no estaba retacado de autos, pero como llegué unos cuantos minutos tarde, había tráfico.

Con calma me subí a mi carro y me aseguré de meterme atrás de él, está vez no lo confundí por ningún otro taxi. Lo seguí hasta que llegó a una casa, se bajó del carro y camino a la puerta. Yo me estacioné y me bajé. Fui hacia la puerta con un bate de béisbol en mi mano.

Sentía la adrenalina correr por mi sangre. Estaba emocionado por lo que seguía. Toqué la puerta y mientras esperaba, escuchaba el latido de mi corazón. En cuanto se abrió la puerta, vi a Ten y le dí con toda mi fuerza en su cabeza. Él cayó al suelo, me quedé puesto frente él. Ahora no era problema mio, jamás tendrá manera de manipularme de nuevo. Lo arrastré adentro y cerré la puerta. Busqué en toda su casa hasta que me topé con un folder con varias fotos de esa vez. Sabía que tendría más por si acaso.

Esperé a que fuera muy noche para meterlo en mi carro, no quería que alguien me viera. Manejé a casa y me apuré en esconderlo dentro mi taller detrás de mi casa. Un lugar que solamente yo entraba.

Con una cuerda, lo até. Obviamente no iba a estar muerto, solamente estaba inconsciente. Después fui haciendo el taller a prueba de sonido, no dormí esa noche.

Salí del taller cuando los primeros rayos del sol fueron apareciendo en el cielo. Caminé exhausto a mi casa. Me tiré sobre el sillón y descansé un poco. Mi mente solamente podía pensar en que mi próxima tarea sería deshacerme del cuerpo.

—Jungwoo, ¿dónde estabas a noche?—Dijo ___, sonaba enojada.

Levanté mi cabeza para verla, vi su expresión molesta y mejor me senté derechito —Buenos días mi amor, anoche fui a ver un amigo y cuando regresé vi un zorrillo. Traté de atraparlo pero se metió abajo de la casa y pues lo seguí. Pero cuando alumbre abajo, vi una familia enorme de ellos... y pues me la pasé toda la noche sacándolos. Ya no están aquí, ya me los llevé a la veterinaria. No supe a donde más llevarlos— Con mis ojos inchados sonreí. Debo de admitir que en ningún momento se me ocurrió una excusa, fue hasta ahorita que la inventé. Hasta yo me creía.

___me vio fijamente, no sabía si creerme o no —¿Y por qué no apestas?—

Engrandecí mis ojos, tratando de mantenerme despierto —Pues porque no me rociaron—Me puse de pie y la abracé —¿Sigues sin creerme?—La vi alegremente.

—No es eso, si escuché ruido en el patio trasero durante la noche, pero se me hace raro haber tenido una familia de zorrillos abajo de nosotros—

Me reí —Ellos nos ganaron con la familia—

___ sonrojó y se zafó de mis brazos —Bueno, ve a dormirte un rato más. Le llamaré a Renjun y a Kun para decirles que estas enfermo y no podrás asistir hoy—

—Gracias, te amo— Dije y caía muerto sobre el sillón, estaba muy cansado para ir hasta mi cuarto.

—Gracias, te amo— Dije y caía muerto sobre el sillón, estaba muy cansado para ir hasta mi cuarto

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𝒫𝒶𝓇𝒶 𝐸𝓁 𝑅𝑒𝒸𝓊𝑒𝓇𝒹𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora