EL INFIERNO DE SEVERUS

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Severus se encontraba en la pequeña alacena de la cocina hecho bolita. Su madre lo había escondido ahí.

Su padre había llegado ebrio de nuevo y golpeaba a su madre por cualquier excusa en cuanto pisaba la casita en la que vivían.

Severus era feliz cuando su padre no aparecía en días, toda la casa estaba en santa paz y solo era acallada por las risas de los dos haciendo bromas y cocinando.

Pero cuando su padre llegaba todo esa paz se convertía en caos e infierno. A veces dejaba a su madre tan mal que no podía ni levantarse.

Esa era su vida desde que tenía memoria.

La falta de dinero hacia que apenas comieras, apenas vistieran y siempre era ropa que solían darle a su madre y que jamás le quedaba bien.

Eso no le importaba. Lo que deseaba era que su padre dejara de golpear a su madre.

No importaba que tambien lo golpeara a él, comenzó a hacerlo desde que tuvo su primera explosión de magia. Pero Severus jamas lloró cuando lo hacia, ni siquiera se quejaba. Recibia los golpes con honor para que no golpeara a su madre.

Severus no le temía al trabajo duro y miles de veces le pidió a su madre que dejara a su padre.

No importaba que tuviera que trabajar para poder mantenerse. Pero su madre se negó. En el fondo Severus sabía que su madre amaba a Tobias.

Tambien estaba el factor de que su familia la había rechazado pues se casó con un muggle.

Severus era lo que llamaban un mestizo en el mundo magico y eso para los Prince era un deshonor.

Oyó la puerta siento estrellada.

_ Severus_ la voz de su madre lo saco de su trance_ Severus, sal hijo, ya se fué.

Salió de su escondite para ver a su madre con el labio partido, un ojo hinchado y la mejilla roja que pronto tendría un moretón.

_ Madre_ Severus abrazó a su mamá_ que te ha hecho.

_ No te preocupes hijo, estaré bien_ Eileen besó la cabeza de su hijo a pesar del dolor que sentía en sus labios.

_ Debes recostarte mamá, yo me haré cargo de la casa_ Severus tomó la mano de su mamá y la guió a su habitación_ yo limpiare bien, la casa quedara reluciente.

Eileen acarició la mejilla de su hijo_ Gracias Severus, no se que haría sin ti. Eres un buen hijo.

Severus cerró la puerta de la habitación y bajó para comenzar a limpiar la casa. Esa era la excusa numero 1 de Tobias para golpear a su madre. A sus 8 años casi 9 Severus sabía a la perfección como limpiar una casa. Se manejaba habilmente en las tareas del hogar.

En esa casa nunca hubo ningún juguete, no habia dinero para esas cosas que no eran indispensables.

No tenía amigos pues los niños del barrio se burlaban de sus ropas gastadas y desajustadas.

A esa edad no sabía como hacer amigos. Su vida eran esas paredes y a veces el parque cercano a la casa.

Su madre lo mandaba ahí cuando sabía que Tobias vendría a casa.

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