En un principio pensó que sería un poco difícil lograr estar ante la presencia del Alcalde, incluso para su hijo debido a todos los conflictos familiares que tienen. No obstante, la secretaria ni siquiera pareció importarle el motivo por el cuál Erick iría a ver a su padre, ni por la urgencia con la que Joel se lo pidió, lo dejó pasar a la oficina sin más.
El padre de Erick parecía un poco sorprendido por su presencia, pero Erick lo dejó pasar para enfocarse en explicar (de la manera menos descabellada posible) lo que pasaría con el cometa.
—Se partirá y caerá en el pueblo —repitió algunas de las palabras de Joel, con cierto fastidio —. Muchos morirán.
—Tenemos que evitarlo, hay que evacuar el pueblo —insistió.
El hombre lo miró e hizo una pequeña mueca.
—Estás loco si hablas en serio —respondió y tomó el teléfono que estaba en su escritorio —. Llamaré un auto para que te lleven al hospital, después de que te revise un doctor, hablaremos.
Con esas palabras, la ira comenzó a hervir dentro de Joel. ¿Cómo era posible que le hablara así a su hijo? ¿Cómo podía llamarle loco sin más? ¿Cómo se atrevía a hablarle de esa manera a Erick?
Sus pies se movieron por sí solos hasta estar frente al escritorio, una de sus manos se recargó en él y la otra tomó con fuerza la corbata del hombre tirando con fuerza de ella, haciendo que el teléfono cayera.
—¡Idiota! ¡Estoy tratando de advertirte! —exclamó con furia.
Sin embargo, al ver la expresión del Alcalde, supo que lo arruinó. Soltó la prenda de ropa y retrocedió disculpándose. Ahora el hombre parecía examinarlo con la mirada, hasta que con voz fría dijo:
—Tú no eres Erick —Joel ahora estaba sorprendido —. ¿Quién eres?
Obviamente Joel no pudo responder. De todas las personas, no esperaba que el padre de Erick se percatara de que había alguien más en su cuerpo.
—La locura debe ser parte de la familia Colón —murmuró el hombre enfadado.
Joel no tuvo más remedio que irse de ahí.
Corrió por el pueblo con los nervios a flor de piel. ¿Y si Erick hubiera sido el que hablara con su padre las cosas serían diferentes?
Joel no notó lo histérico que estaba hasta que Sam lo detuvo porque le gritaba a unos niños que no fueran al festival por nada del mundo. Estaba perdiendo la cabeza, pero en verdad necesitaba hacer algo al respecto.
—Sam, debes prometerme que te irás con la abuela al anochecer.
—Hermano, ¿qué te pasa? —preguntó preocupado —¿Por qué desde que fuiste a Tokio estás tan raro?
Abrió los ojos como platos.
—¿Fui a Tokio...? —murmuró.
Antes de que Sam respondiera, Chris y Zab llegaron en la bicicleta del rubio. Su mente estaba funcionando a toda velocidad.
—¿Cómo te fue con tu padre? —preguntó Zabdiel.
Solamente negó con la cabeza, pero Joel estaba pensando en otras cosas, ni siquiera escuchaba a sus amigos ni a su hermano. Hasta que se dió cuenta... Levantó la mirada hacia las montañas.
—Podría estar... —susurró, aunque más bien fue pensar en voz alta.
—¿Quién? —le preguntaron.
Pero no había tiempo que perder.
—Zab, préstame tu bicicleta —no esperó respuesta, hizo que el chico se bajara y él subió empezando a pedalear de inmediato.
ESTÁS LEYENDO
Your Name ~Joerick~
FanficLos hilos se enredan y retuercen, se desenredan y conectan, pero jamás se rompen... Eso es el tiempo. No se permiten homofóbicos.