Verano en Konoha! (Un verano inolvidable)

El Catalejo Dorado

5° One-Shot (día 5)       

Temática: "Orilla del mar"       

Titulo:  "El catalejo dorado"

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Existe una vieja leyenda que ronda sobre la isla de Konoha, pues se rumoraba que quien encontrara en la orilla del mar un catalejo dorado, como regalo del dios Neptuno encontraría un amor puro y verdadero.

Durante muchos años varios turistas e incluso personas aledañas al lugar habían buscado el famoso catalejo, pero ninguno lo había encontrado, por lo cual tal afirmación se había convertido ahora solo en una vieja leyenda.

Sakura Haruno era una joven de 19 años, era delgada, de estatura promedio, una sonrisa encantadora, hermosa, inteligente, de orbes verdes y de un exótico pero hermoso cabello rosado, ella amaba acudir a la playa cada día de verano, y por ende en esa época acudía a visitar a sus abuelos.

Una tarde, decidió salir a caminar a la orilla del mar, le encantaba la brisa matutina mojar su rostro y disfrutar de la sensación del agua en sus pies, amaba ver como sus huellas iban quedándose atrás marcándose en la brillosa arena de Konoha.

-Ouch – se quejó la pelirrosa cuando sintió que algo pincho la planta de sus pies, se agacho para observar que había pisado un pequeño catalejo en color dorado, tenía dibujada en el frente una flor de cerezo y en su reverso una especie de abanico dividido, el catalejo era muy hermoso en realidad, volteo a ver si había alguien cerca para preguntar si ese hermoso objeto era suyo pero la playa a esas horas estaba prácticamente deshabitada, así que se colocó el mismo con su dije y sonrió por haber encontrado un pequeño tesoro del mar, iba tan centrada en sus pensamientos que no se percató de que choco con alguien, perdió el equilibrio y cayo encima de un apuesto moreno, quien ahora se encontraba debajo de ella, con el ceño fruncido.

-L.. lo... lo siento tanto, estaba un poco distraída – comentó la pelirrosa mientras intentaba ponerse de pie, pero volvió a caer sobre el apuesto moreno.

-Hmmm ya me di cuenta – sonaba un poco molesto.

Sakura al notarlo se puso de pie al instante y sonrojo apenada, después tendió su mano a aquel apuesto hombre que se encontraba aún tirado en la arena, Sasuke sabía que ella no podía ayudarlo a levantar, en realidad él solo podía hacerlo pero no quiso hacerle desaire a la chica, así que tomo su mano y entonces el catalejo de ella cayo al piso, por lo cual al percatarse el moreno de ello, una vez que estaba de pie, se agacho a recogerlo y se lo entrego a la chica.

-Toma, se te cayo – comentó el azabache.

-Gracias – Sakura tomó el catalejo y volvió a colocárselo, Sasuke se percató de ello y pudo ver lo hermosa que era la chica, en realidad debido a la caída no había tenido la oportunidad de apreciar lo linda que era.

-Soy Sakura por cierto – sonrió ella, ocasionando un pequeño cosquilleo en su pecho.

-Yo soy Sasuke – comentó el joven y Sakura sonrió logrando así que el moreno sonriera de medio lado, ambos terminaron por caminar el resto de lo que quedaba de la orilla de la playa.

Durante el verano se vieron todos los días, Sasuke solía ser demasiado tímido y le molestaba la mayoría de las personas que eran ruidosas, no dejaban de hablar, tenían mucha energía y Sakura era así, pero por alguna razón le gustaba eso en ella, amaba su espíritu y lo hermosa que era.

El verano estaba por terminar y ambos tendrían que regresar a su lugar habitual, se habían hecho muy buenos amigos en tan poco tiempo y también aunque ninguno quería admitirlo habían despertado cierto interés uno hacia el otro.

-Te vere el próximo año – prometió el Uchiha mientras besaba la mano de su amiga, Sakura sonrojo y asintió, ambos se dieron un fuerte abrazo y siguieron cada uno su camino.

Pasaron 5 años sin que uno supiera del otro, aunque no había día en que no dejara de pensar el uno en el otro, Sasuke se había reprochado una y mil veces por no haberle pedido su número a tiempo, en cuanto recordó pedírselo había acudido a la playa pero ella ya se había marchado, Sakura por su parte se lamentaba el no haberle pedido su apellido, había buscado en Facebook su nombre, pero habían muchos con el nombre de Sasuke, y en el intento número 200 se había rendido.

Hinata era la mejor amiga de Sakura, se casaría en Los Cabos, por lo que Sakura viajaría hasta ahí para acompañar a su mejor amiga en un evento tan especial, ella había insistido constantemente en que fuera antes para presentarle al mejor amigo de su futuro esposo, le había dicho que era algo engreído y demasiado serio, por lo que la personalidad de Sakura contrarrestaba completamente con él y quizá eso funcionaria con ellos, Sakura se negó dado que Hinata siempre quería hacerla de casamentera, le habían gustado un par de chicos en la Universidad pero ninguno se comparaba con Sasuke y aunque hacia tiempo que no se veían y nunca habían sido más que amigos sentía que con el simple hecho de salir con alguien más era como traicionar la memoria de la historia tan linda que habían tenido en la playa.

-Muchas felicidades Hina, Naruto, en hora buena para ustedes – felicito sinceramente la pelirrosa a los recién casados.

-Muchas gracias Sakura-chan, se que te has resistido a los deseos de mi dulce esposa pero quiero presentarte a mi padrino, mi mejor amigo.

-¿Sasuke? – interrumpió al rubio la pelirrosa, el antes nombrado se aproximó hasta la chica y sin importarle que todo mundo los vería se acercó a ella y la beso.

Tres años después regresaron a esa playa, caminando por la orilla del mar sujetando de la mano a su hermosa hija, su pequeña Sarada quien reía gustosa cada que las pequeñas olas llegaban hasta sus pies, ella comenzó a balbucear gustosa y se reía mientras intentaba soltarse de la mano de sus padres, ambos bajaron su vista para ver de lo que se trataba y frente a los pies de la niña había un pequeño catalejo dorado.