El mejor regalo

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10° One-Shot (día 10)      

Temática: Baile de crucero      

Titulo:  "El mejor regalo"

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Pasaría 3 semanas en crucero al lado de mi dulce esposa, no solía ser alguien que le gustara viajar mucho (pese a que mi trabajo ameritaba ello), pero sabía que Sakura amaba hacerlo, sobre todo al mar.

Sería nuestro primer aniversario, Naruto me había convencido sobre un crucero a Cancún, por esas fechas era mi cumpleaños y sabía que Sakura haría una fiesta pese a que yo le había dicho que no deseaba festejar mi cumpleaños con nadie, excepto con ella que es mi esposa, así que la convencí de que podíamos festejarlo también en el viaje.

Era verano y Sakura tendría vacaciones hasta principios de septiembre, por lo que no tuvo problemas en acceder al viaje, recuerdo que cuando llegue y le comente del mismo, mostrándole los boletos, se sorprendió tanto y lucía tan feliz, tal y como me gustaba verla.

Había salido tarde de la oficina precisamente para no dejar ningún pendiente e irme tranquilamente de vacaciones, casi no salía con Sakura dado que ambos teníamos trabajos demandantes, pero atesoraba cada momento que estaba a su lado, me gustaba verla sonreír con cualquier pequeñez, verla dormir tranquilamente a mi lado y la forma en que tarareaba cuando preparaba café todas las mañanas, era lista, precavida, detallista y hermosa, era mi mejor amiga desde niños y hace un año tuve la dicha de convertirla en mi esposa.

El barco se llamaba "Konoha" teníamos todo listo, equipaje, los boletos, no hacía nada falta excepto llegar a nuestro destino, una vez que llegamos al mismo fuimos recibidos por un par de mujeres que usaban una falda tipo hawaiana que nos colocaron un collar hecho de flores de papel y popotes de colores, Sakura sonreía encantada, parecía una niña pequeña y me sentí dichoso por compartir ese momento de su alegría.

-¡Temeeee! – no podía ser cierto, escuche la odiosa voz de mi rubio amigo y compañero de oficina.

-Naruto – comente entre dientes -¿Qué demonios haces aquí? – le exigí saber al instante, una vez que éste se encontraba frente a nosotros, abrazando animadamente a mi esposa, mientras que Hinata, su mujer estaba tímidamente acercándose a nosotros.

-Bueno, pues también me decidí en venir, creo que nos caerá bien a Hinata y a mi relajarnos un poco al igual que ustedes, dattebayo – sonrió Naruto.

-Si tú estás en el mismo crucero no podré disfrutar mis vacaciones – me queje.

-Oh teme eres tan amargado – comenzó a reírse escandalosamente, logrando así llamar la atención de algunos de los presentes.

En el crucero había algunas actividades, Naruto quería que fuéramos al casino, que fuéramos al bar o que jugáramos en el pequeño casino del barco, yo en cambio quería alejarme lo más posible de él, quería estar con Sakura, pero cuando quise negarme ella ya había hecho planes con Hinata sobre una sesión de masajes y mascarillas.

Quizá el hecho de estar con Naruto tanto tiempo me había hecho alucinar, pero hasta cierto punto apostaba a que no lo era del todo, ya que cada vez que intentaba acercarme a Sakura y buscar algún plan para los dos, ella parecía evitarme, no era hasta la hora de dormir en la que podía estar completamente solo con ella, la acunaba en mis brazos, la besaba e incluso llegamos a intimar, pero cuando quería preguntar sobre su día o sacarle algún tipo de charla me decía que estaba cansada.

En el tríptico del crucero venían un sinfín de actividades, una de ellas era un famoso baile de crucero, no era muy afecto al baile pero sabía que Sakura lo era, había estudiado ballet desde que tenía 3 años y daba clases en una academia de danza, por lo que sabía que era el evento perfecto para poder pasar un tiempo con mi esposa y averiguar qué era lo que estaba escondiendo, quizá eran alucinaciones mías pero lo mejor era averiguarlo.

Llevaba en mi equipaje un traje negro y zapatos de salón, así que me los coloque junto con una rosa roja que había tomado de un jarrón que estaba en el salón principal y la coloque en el bolsillo de mi chaqueta, Sakura había ido a jugar bingo y dado que se acercaba la hora de la cena, no tardaría en acudir a nuestra habitación.

-Sasuke, me asustaste – exclamo una vez entrando a la habitación, cerrando la puerta del camerino tras de sí, se veía tan hermosa sonrojada que incluso estuve a punto de cancelar el plan del baile de crucero para avocarnos mejor en otras cosas, pero eso podía ser después de la velada, por ahora lo primordial era investigar qué era lo que ocultaba.

Me puse de pie y tome su mano para besarla, era un ademan que tenía con ella desde que éramos niños, cuando jugábamos a que ella era una princesa, le mostré el tríptico y aunque decía que no estaba convencida y se sentía cansada, no tardo en cambiarse y decirme que ya estaba lista, sin duda sus mirada la delataba, estaba ansiosa por continuar con la velada.

Como era de esperarse ella capto la atención de todos los ahí presentes, era una bailarina innata, hermosa, agraciada y elegante, al término de la velada le fue entregado un pequeño trofeo.

-¿Ya me dirás que es lo que te pasa? – me acerque a ella, estando a escasos centímetros de su espalda, llevaba contemplando a la nada durante unos minutos, se voltio hacia mí y comenzó a llorar.

-Es tu cumpleaños Sasuke-kun y no te he comprado nada – comenzó a sollozar, era verdad eran las 00:03 de la mañana del 23 de julio, yo sonreí conmovido y me acerque para acunarla en mis brazos.

-Estas conmigo y es lo único que me importa – trate de consolarla pero parecía que no podía dejar de llorar.

-Vas a enojarte conmigo cuando te cuente – hipeo y se secó las lágrimas bruscamente con sus manos.

-Claro que no me enojare amor.

-Si que lo harás, te he engañado todo este tiempo – soltó de repente, entonces mi corazón se detuvo en el momento, mi sangre comenzó a hervir y me llene un poco de cólera.

-¿A qué te refieres con eso Sakura? – trate de ocultar mi enfado, pero me fue imposible hacerlo, ella era mi mundo, era mi todo y no podía soportar perderla.

-No es lo que tú crees – se adelantó a aclarar, logrando así que mi enojo fuera cambiado por temor, lo cual no sabía si era mejor o mucho peor – mira, ya lo sospechaba pero lo confirme esta mañana – sacó de un cajón un pequeño termómetro blanco, espera no era un termómetro blanco era un test de embarazo, me lo entrego y lo vi, tenía dos líneas azules, eso significaba que ¿era positivo? ¿Sería padre? ¡Sería padre! – sé que te dije que no tenía nada, pero ahora sé que sí, tengo a nuestro pequeño hijo creciendo dentro, ya sé que habíamos quedado que no tendríamos bebes hasta que pasaran algunos años pero... - la interrumpí con un beso, no pude dejarla terminar de hablar, porque me había hecho el hombre más feliz y justo el día de mi cumpleaños, me había hecho sin duda el mejor regalo.

-Gracias – fue lo único que pude decirle, ella sonrió y me dio un beso en la frente.

-Feliz cumpleaños Sasuke-kun – era el mejor regalo, un hijo de la mujer que amaba.


Verano en Konoha! (Un verano inolvidable)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora